La defensa hecha por el gobernador, Sergio Salomón Céspedes, al nombramiento del secretario de Movilidad y Transporte, Omar Álvarez Arronte, y de la titular de la SEP, Isabel Merlo, da esperanzas de un cierre fuerte de la administración estatal.
Sin embargo, en el caso de Omar Álvarez Arronte es mucho el rezago que tiene que revertir en su dependencia: modernizar el transporte público.
En el inicio del gobierno del ex mandatario, Miguel Barbosa, se autorizó el incremento a la tarifa del transporte público con la promesa de modernizar las unidades, colocar cámaras de seguridad y botones de pánico conectados al C5.
Lamentablemente nada de eso sucedió y ayer se exhibió otro asalto a la ruta 8 en la peligrosa carretera federal Puebla – Tehuacán a la altura de Amozoc y nada se pudo hacer porque las cámaras no están conectadas al C5 y la unidad no tenía el botón de pánico.
Guillermo Aréchiga se dedicó a otorgar permisos irregulares –situación por la cual estuvo preso y sigue bajo proceso penal-, y jamás atendió la instrucción de Miguel Barbosa para modernizar el transporte.
Con Elsa Bracamonte la situación no mejoró, tal vez por incompetencia o porque es mucha la corrupción en esa dependencia.
Pero no sólo no logró modernizar el transporte, sino que se dio un paso atrás al acceder al chantaje de transportistas para evitar las multas por falta de verificación.
Así que la tarea de Omar Álvarez será modernizar las unidades, colocar cámaras de vigilancia y botones de pánico conectados al C5 y la verificación de las chatarras del transporte público.
¿Podrá con todo eso?
El tiempo es un factor que tiene en contra Omar Álvarez Arronte, pero tiene la experiencia a su favor.
Ya veremos si tiene la capacidad de conseguir algo que parece sumamente difícil en menos de dos años.
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