El presidente del Comité Estatal del PAN, Mario Riestra Piña, y la secretaria general, Genoveva Huerta Villegas, ya empezaron la limpia que su partido requería para darle una nueva cara y empezar una nueva etapa como oposición en Puebla.
Un periodo urgente y necesario que pretende dejar atrás la peor derrota electoral y desgracia política que el albiazul ha sufrido en la entidad, luego de que el morenovallismo cayó en desgracia tras el trágico accidente registrado el 24 de diciembre de 2018, en el que los exgobernadores Martha Erika Alonso Hidalgo y Rafael Moreno Valle Rosas perdieron la vida.
Porque hay que decir que desde ese momento el PAN poblano perdió la brújula y quedó a la deriva, sin que nadie haya podido levantarlo.
Evidentemente, el grupo de Eduardo Rivera Pérez, exedil capitalino, lo único que logró fue acabar de enterrar a su partido impulsando la peor dirigencia estatal encabezada por Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández, quien incluso ahora podría enfrentar una denuncia por un presunto daño patrimonial en agravio de su partido, y el ahora diputado local Marcos Castro Martínez.
Porque ambos se concentraron más en ganar su guerra personal que en verdaderamente privilegiar los intereses de su partido y su militancia.
Esto, desde luego, le va a acarrear muy serios problemas a Eduardo Rivera, quien se entercó en imponer y sostener a la famosa “Titi” en la dirigencia panista.
Y es que está claro que Lalo ganó el Ayuntamiento de Puebla en 2021 con apoyo del exgobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, quien hizo todo lo posible para que Claudia Rivera Vivanco perdiera esa elección, a pesar de que era su correligionaria.
Sin embargo, al exedil la desgracia lo acompaña, porque le falló su mano derecha, Adán Domínguez Sánchez, exedil sustituto del Ayuntamiento de Puebla, quien dejó un hoyo financiero de 600 millones de pesos, y lo mismo Augusta en el partido.
Aunado a ello, está por revelarse otro desfalco millonario en las arcas del PAN poblano, patrocinado, por supuesto, por el grupo de Lalo Rivera, a quien lo persigue la catástrofe.
Todo esto le complica las cosas a la dupla Mario Riestra-Genoveva Huerta, quienes ya trabajan en un plan para poder concluir la limpia en su partido y empezar una nueva etapa, como una oposición inteligente y digna en el estado.
Porque el PAN se los dejaron en ruinas, con deudas, multas, impuestos y compromisos laborales que suman una muy buena cantidad económica.
Eso sí, como los acuerdos, pactos y promesas se cumplen, ya quedó integrada la nueva Comisión Permanente panista y se nombró, además, a la nueva tesorera del Comité Estatal, cargo que le fue asignado a Alejandra Escandón Torres.
Mario y Genoveva van por la revancha sin sangre, es decir, solo van a revelar lo que ya detectaron en la administración de la gestión de Augusta Valentina, quien se despachó con la cuchara grande respaldada por Lalo Rivera.
Uno de los nombres que más ha destacado en la lista de nuevos comisionados panistas es el de Jorge Aguilar Chedraui, quien luego de la desgracia de los Moreno Valle se perdió políticamente, pero que ahora vuelve por el desquite.
Otro más es el de Amparo Acuña Figueroa, esposa del actual dirigente municipal del PAN, Jesús Zaldívar Benavides, a quien, por cierto, no se le ha visto desde hace ya un buen rato en Puebla.
Un par de panistas bien conocidas que también destacan en esta lista son Carolina Beauregard Martínez y Mónica Rodríguez Della Vechia, quienes se la jugaron con Mario Riestra y Genoveva Huerta, por lo que también fueron incluidas.
Habrá que decir que los acuerdos pactados por Mario y Genoveva se cumplieron a excepción del grupo que les jugó las contras, ya que los allegados a Eduardo Rivera, empezando por el defenestrado Felipe Velázquez Gutiérrez, no asomaron la cabeza para nada.
Así que ya veremos si el nuevo PAN cumple con la promesa de ser una oposición digna en Puebla o sigue siendo un partido comparsa del poder.
Eso sí, Mario y Genoveva primero tendrán que empezar a operar su partido con las dificultades heredadas por el grupo de Lalo Rivera, las cuales, a ver si en una de esas, no revelan que también en el PAN poblano dejaron un cochinero y un hoyo financiero, tal como lo sugirió en su momento el periodista Arturo Luna en una de sus muy leídas columnas.
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