Muchas son las versiones en el ayuntamiento de Puebla, que encabeza la presidenta municipal Blanca Alcalá Ruiz, que apuntan a la renovación de algunos de sus funcionarios de primer nivel, quienes presuntamente estarían fallando en sus respectivos cargos y encargos.
Las versiones son variadas y tienen que ver con algunos temas importantes y trascendentales en el trabajo operativo y de gobierno en la Comuna poblana; insisto, donde habría graves errores que terminarían -según esas versiones- en la destitución de sus funcionarios.
Particularmente en las áreas que resultan la columna vertebral del gobierno de Doña Blanquita, como lo son: seguridad pública, gobernación y desarrollo social.
Tres de las dependencias municipales en las que, de acuerdo a los tiempos de la política poblana, debe haber una estabilidad exagerada en todos los sentidos. El caso es que no es una mera casualidad que a unos días de que Doña Blanquita rinda uno más de sus informes, se estén dando golpes bajos entre los integrantes de su equipo de trabajo.
En ese sentido, tal vez sólo uno de los titulares de las tres áreas de trabajo señaladas sea flojo, arrogante, soberbio, ambicioso -políticamente hablando- y medio confiable, pero de eso a que su remoción sea un hecho, existe una gran distancia.
En los últimos días se ha filtrado a algunos medios de comunicación la supuesta versión del cambio en la titularidad de la Secretaría de Seguridad Pública, donde despacha el General Andrés Vicente Ruiz Celio.
Que si viene fulano, que si llega mengano, en fin, el caso es que a Ruiz Celio ya le compraron sucesor desde hace mucho.
Sin embargo, lo que no saben aquellos que aseguran que el General pasará a la guillotina municipal es que el funcionario el martes pasado sostuvo una reunión privada con la presidenta municipal para recibir órdenes y dejar todos los trascendidos sobre su persona claros.
Me cuentan que en esa reunión sucedió todo lo contrario a los deseos del grupo “disidente” que opera en el gobierno de Doña Blanquita, es decir, el que apuesta a la desestabilización del ayuntamiento de Puebla capital.
Según esas versiones, Alcalá refrendó su confianza al General para que continúe al frente de seguridad. Esto a pesar de la mala voluntad de ciertos personajes que, insisto, operan en contra de la estabilidad del gobierno municipal.
Y es que en los hechos la inseguridad en la ciudad parece que ha disminuido, toda vez que Ruiz Celio logró reducir el robo de vehículos en el último año, así como la recuperación de los mismos en un total de 506. También logró disminuir el robo y asalto bancario en un 15 por ciento, además de otros beneficios ciudadanos.
Lo mismo sucede en el caso de Gobernación, dependencia encabezada por Juan de Dios Bravo Jiménez, quien si bien no es un brillante funcionario público, más bien alguien bonachón y chistoso, ha logrado mantener el control de su área en toda la ciudad.
Es más a Juan de Dios, dicen, no lo pueden tocar por el simple hecho de pertenecer a una corriente priista superior a la de Alcalá, a la zavalista. Juan del Diablo, perdón, de Dios, aprendió a hacer política a punta de catorrazos, así que al parecer ya está listo para empezar de nuevo.
Su destitución, me parece, está fuera de toda realidad.
Otro que ha sido mencionado por meterse en broncas electorales sin permiso, ni de su partido, ni de Alcalá, ni de nadie, es Víctor Manuel Giorgana Jiménez, quien como lo dije antes, ni ata ni desata, pero tampoco es tan tonto como para insubordinarse ante su jefa para que ésta lo corra.
El titular de la Secretaría de Desarrollo Social es un melquiadista de cepa que anda metido en cuanta grilla le ordena su cerebrito, pero eso sí, cuida bien las formas y los pasos que da para no enfadar a quien le da de comer. Les digo que no es tan tonto como parece.
El caso es que parece ser que los tres citados funcionarios municipales tienen bien amarrados sus cargos, por lo que las versiones de sus posibles destituciones son sólo una falacia. Un cuento de quienes por envidia pretenden meterle ruido al equipo de trabajo de Doña Blanquita.
Otro funcionario de quien se dijo dejaría su cargo es Emilio Trinidad Zaldivar, coordinador de Comunicación Social. Aunque los reportes llegados a Posdata indican que Emilio está más que puesto para concluir con su efectividad acostumbrada la administración municipal de Doña Blanquita.
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Posdatas:
* Para alguien que me robó el corazón…
Con todo el respeto que me merecen los directivos y lectores de esta casa editorial, así como los leedores que gustan de Posdata, me permito en esta ocasión ocupar algunas líneas para enviar un mensaje a una persona muy especial.
Alguien que me robó el corazón desde el momento en que la conocí. Alguien que cambió mi vida radicalmente y que, además, vino a ponerle un toque de paz, tranquilidad e ilusión a mi ser. Alguien que tiene una mirada que cautiva y una sonrisa que mata.
La persona que logró ablandarme el corazón y cambiar el ambiente trágico y de amargura en el que me mantenía. Así es, alguien que -gracias a Dios- también me ha entregado el corazón.
Alguien a quien le pido, a través de esta misiva, que sea mi novia. Te adoro, Diana…