Esta es la tercera elección en la que voté para el cambio de la Presidencia de la República, y en las dos pasadas no había visto la participación ciudadana que vi ayer y ¡qué gusto! México decidió el destino político y lo que conlleva.
Largas filas se registraron desde la mañana del 2 de junio que finalmente empezó a arrojar los primeros resultados del conteo rápido, que de manera irreversible le da el triunfo a Claudia Sheinbaum como la primera presidenta en la historia del país, así como a Alejandro Armenta, el de gobernador de Puebla y en general el voto de confianza para Morena en la Cámara alta y baja.
Rumores, comentarios, suspicacias, fueron muchas durante el desarrollo de la elección, finalmente al menos en la capital poblana, el PAN dejó de existir ayer, gracias a los malos manejos de la presidencia municipal, que incluyen desviación de recursos con el parquímetro, malas obras, el ambulantaje que si bien no fue exclusivo de la administración de Eduardo Rivera, nada hizo por remediarlo, eso el comercio establecido lo condenó.
Hubo dos grandes perdedores en esta elección, Eduardo Rivera Pérez y Mario Riestra; el primero con el estado más importante a nivel electoral y el segundo con la cuarta ciudad más importante a nivel nacional ¡vaya decepción de la oposición! Nos queda claro que Acción Nacional en Puebla no volvió a ser igual después de Rafael Moreno Valle.
El ejercicio democrático en el que participamos ayer apenas inicia, comienza la transición en un país gobernado solo por hombres, tenemos por primera vez en la historia una mujer al frente de un país considerado machista. Sin duda el 2024 resultó ser el año de las mujeres con el 52% del padrón electoral conformado por ellas y con una representante que esperamos todos, marcará el antes y el después en México.