Poco a poco se ha ido derrumbando la versión del supuesto gobierno pulcro, decente, honesto, austero, de libertades y cercano a la gente, encabezado por el exmandatario morenista Luis Miguel Barbosa Huerta.
Un gobierno que jamás existió.
Una administración maquillada con fachada de honestidad y que estaba sostenida con alfileres por un grupo que está a punto de la extinción.
Muy poco les duró el gusto de presumir aquello de la “nueva clase política barbosista”.
Hoy, los hechos dan cuenta de que el gobierno de Miguel Barbosa ni fue honesto, ni fue transparente, ni tampoco fue cercano a la gente, porque a muchos de sus adversarios y aliados incluso los encarceló.
Ningún gobierno del nivel o lugar que sea puede llamarse honesto cuando deja un boquete financiero de mil 322 millones de pesos.
¿Quién en su sano juicio aprobaría una gestión con una deuda así?
Y eso es lo que apenas se conoce, ¿qué más habrá descubierto el gobierno de Sergio Salomón Céspedes Peregrina que los poblano no sabemos?
Porque es evidente que la revelación de la inversión fallida en Accendo Banco, la cual asciende a 600 millones de pesos, se dio porque el actual mandatario poblano no quiere cargar ni con deudas ni muertitos ajenos.
Y es lógico, porque si siguen apareciendo quebrantos, irregularidades y hoyos financieros en la herencia financiera de Barbosa, la cosa se puede complicar.
Así que la era salomónica no quiere sorpresas, ni mucho menos que se le adjudiquen yerros que no son suyos.
Por algo los operadores y allegados más cercanos de Barbosa defendían a muerte su causa; ahora entiendo por qué se dieron robos, perpetrados por comandos armados, en oficinas donde se realizaban “gestiones ciudadanas”.
Con razón se ordenaron destituciones y lanzaron advertencias desde Casa Aguayo, si los intereses eran millonarios.
Ahora caigo en el por qué se hablaba nuevamente de los maletines repletos de dinero que iban y venían.
Por cierto, juran que en el Partido Morena se siguen dando esas prácticas.
El caso es que mientras siga brotando suciedad y hedor de la gestión barbosista el castillo de arena que se construyó se va a seguir desmoronando.
Ayer se dio a conocer una nueva deuda del Gobierno, la cual asciende a 722 millones de pesos relacionada con el Impuesto Sobre la Renta (ISR), referente a sueldos y salarios los cuales no fueron calculados de manera adecuada por el gobierno barbosista, a través de la exsecretaria de Finanzas, María Teresa Castro Corro.
¿Por cierto, seguirá en Puebla la exfuncionaria para que pueda ser juzgada?
Se me hace que en una de esas ya puso tierra de por medio.
Porque alguien tiene que responder legalmente por el boquete financiero descubierto en la gestión pasada.
El caso es que los escándalos provocados en el gobierno barbosista se siguen dando, ahora por la mala administración, por la irresponsabilidad y mal manejo del dinero público.
Vaya engaño a los poblanos por parte del gobernador Barbosa, quien era el único que no se equivocaba, según sus propias palabras.
Bien dicen que lo que empieza mal terminar igual.
Cómo olvidar que al inicio del gobierno barbosista surgió aquello de que en el DIF estatal se vendía a los niños, o aquello de que a los Moreno Valle “Dios los castigó” por robarle la elección al barbosismo, o que su muerte fue un magnicidio.
Esos sí que eran escándalos y aseveraciones locas hechas a la ligera, las cuales no podían criticarse porque te amenazaban y te ponían bajo la sombra.
Por eso mismo muchos personajes de la vida pública, críticos del barbosismo, tuvieron que salir del estado, y por eso, también, sucedió lo de la toma de la UDLAP por la Policía Estatal, por eso la guerra contra la BUAP y por eso muchos de sus aliados quedaron presos.
A ver hasta cuándo sigue brotando el estiércol de la cloaca barbosista.
Ya veremos hasta a quién y hasta dónde salpica.
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