El sistema político democrático establece el reconocimiento e independencia de los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, con funciones perfectamente definidas en nuestra Constitución Política. Además, establece mecanismos de equilibrio entre sobre su influencia y poder.
La armonía con la que estos poderes deben conjuntar sus labores en favor de la ciudadanía, depende primordialmente de las personas que están al frente y representan a cada uno de estos poderes, cada una de ellas, imprimen su particular modo de conducirse en el cargo.
A nivel nacional, observamos a un titular del ejecutivo enfrentado con muchos de los sectores de la sociedad, principalmente con la oposición.
También, hace unos días se destacó, por parte del vocero de la Presidencia de la República, el comportamiento de la Presidenta Ministra en el Aniversario de la Constitución como una falta y que no fue, sino el debido comportamiento republicano. Y un acontecimiento más a observar fue el del Presidente de la Cámara de Diputados, el cual impidió la entrada al recinto, como una medida de respeto institucional, a elementos de la Guardia Nacional que portaban sus armas.
Así la relación entre poderes transcurre en un marco legal que la regula y la norma. Adicional a esto, destaco que la personalidad de quién está al frente de un poder o tine una representación, modela la relación beneficiando o no la relación política, procurando o no el diálogo.
En Puebla, recientemente celebramos una reunión entre el Ejecutivo del Estado y legisladores de Acción Nacional, el coordinador Eduardo Alcántara Montiel; Nancy Jiménez Morales; Mónica Rodríguez Della Vecchia; Karla Rodríguez Palacios; Lupita Leal Rodríguez; Oswaldo Jiménez López; Aurora Sierra Rodríguez; Patricia Valencia Ávila; y quien esto escribe, a ella asistieron alcaldes, presidentes de PAN en Puebla y diputados federales.
El PAN en su vocación democrática atiende el llamado al diálogo entre actores de la vida política, conocedor que éste es un facilitador social entre posiciones que no siempre son coincidentes. El diálogo no debe ser entendido como sumisión o contubernio, sino como una constante que nos acerque a la resolución de los problemas de nuestro Puebla.
Las y los legisladores, somos representantes de la gran mayoría que no voto a favor del Gobierno en turno, y lo que no es un impedimento al diálogo respetuoso y republicano.
Se avecinan tiempos electorales y sin duda los temas que nos diferencian entre postura partidistas se harán cada vez más evidente, el reto para el gobierno y su mayoría en el Congreso y el Grupo Legislativo del PAN –de igual forma- es mantener un diálogo constante, claro y cabal que permita al Legislativo y Ejecutivo avanzar en favor de las y los ciudadanos durante la coyuntura electoral.
No hay un cheque en blanco, ni una luna de miel, dichos términos resultan ser muy superficiales para entender con madures política los grandes retos que tenemos como Estado, con un firme compromiso de dejar de ver al pasado y trabajar siempre en el presente para procurar un mejor futuro.
Es más importante mantener una relación de diálogo cuando es oposición, pues no hay mejor manera de conducirse de forma responsable que reconociendo el poder en turno, pero incidiendo, solicitando el cumplimiento de las propuestas de gobierno o exigiendo el cumplimento de la ley, no solo por quienes les favorecieron con su voto, sino a la gran mayoría que no los eligió y voto por otra opción.
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