He sido crítico de algunos programas federales del Bienestar, pero esta semana vi la utilidad de uno de ellos.
Las becas para estudiantes.
Le voy a platicar la historia:
Se llevó a cabo la 28ª edición de la Olimpiada Mexicana de Informática en la Escuela Superior de Cómputo del Instituto Politécnico Nacional, que contó con la representación de 25 estados de la república, entre ellos Puebla.
La delegación poblana alcanzó el lugar 11 de la clasificación nacional y ganó una medalla de Plata y una medalla de Bronce. Repito: Puebla se llevó dos de tres en disputa.
La medalla de Plata fue obtenida por Viktor Chargoy Espino, alumno del tercer año de la preparatoria del Instituto Oriente, mientras que Francisco García Ortiz, estudiante del Bachillerato 5 de Mayo de la BUAP, fue acreedor a la medalla de Bronce, quien además destacó por haber realizado el pago de su inscripción a la Olimpiada con el dinero de su Beca Universal para el Bienestar Benito Juárez, de Educación Media Superior.
Es buena noticia que se aproveche la Beca del Bienestar en el desarrollo académico de los estudiantes que no cuentan con otros apoyos, más aún cuando es sabido de sobra el infructuoso uso que algunas personas hacen de este dinero.
Algunos incluso usan esos apoyos para emborracharse.
La delegación poblana se completó con la alumna Andrea Guadalupe Rodríguez Ramírez, de la preparatoria BUAP de San José Chiapa, y del estudiante de la Facultad de Ciencias de la Computación Rogelio Hernández Cruz, quien fungió como líder de la Delegación que coordina el doctor Manuel Martín Ortiz, profesor investigador de la FCC-BUAP.
La Olimpiada Mexicana de Informática consiste en resolver problemas complejos mediante el desarrollo de soluciones que se programan en una computadora usando lenguaje C++. Durante dos exhaustivas jornadas de cinco horas cada una, los estudiantes de nivel preparatoria compiten por sumar puntos resolviendo ocho problemas, los medallistas califican al Preselectivo Nacional rumbo a la Olimpiada Internacional de Informática de 2024.
La verdad, estos chavos nos han dado una muestra de:
- Que los programas sociales funcionan cuando hay honestidad y responsabilidad de los beneficiados, y buena guía de los padres de familia.
- Que no cabe la expresión de “mi hijo obtuvo esta distinción gracias a Dios”. No, señores. No fue gracias a Dios, sino gracias a su esfuerzo y dedicación.
- En Puebla hay talento académico; hay que seguirlo impulsando.
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