Como resultado de la primera sesión del Foro Mundial de la Juventud del año de 1996, las Naciones Unidas declaró en 1999, el 12 de agosto como Día Internacional de la Juventud.
En esa asamblea se sugirió que durante ese día se realizarán diversas actividades de todos los tipos y estilos enfocadas para jóvenes, que van desde lo cultural, deportivo y artístico, hasta la difusión de políticas públicas y la capacitación a través del emprendedurismo y el liderazgo.
Una de las actividades en las que ha repuntado la participación juvenil es la política, basta mirar las elecciones de este 2015, en donde 317 ciudadanos a nivel nacional menores de 30 años aparecieron en las boletas en busca del voto que los llevaría a una curul en la Cámara de Diputados.
Así mismo, de acuerdo con el Índice Nacional de Participación Juvenil 2014, realizado por la asociación Ollin, Jóvenes en Movimiento, tres de cada 10 personas en los partidos políticos y en el gobierno son jóvenes.
Hoy en día, Puebla ha sido uno de los estados que ha tomado en cuenta la importancia y contribución que tienen los jóvenes que oscilan entre los 18 y 35 años.
Esto se debe a que más del 27 por ciento de su población se encuentra entre el rango de edad antes mencionado y a que muchos de ellos actualmente participan de manera activa en política y organizaciones civiles.
En Puebla la capacitación y el enfoque universitario que hoy en día se le da a la participación ciudadana o a través de partidos políticos ha desembocado en la creación de espacios en donde el juicio de los jóvenes es escuchado y la prevención de diferentes problemas sociales es la principal lucha.
La ley general de la juventud es un ejemplo del trabajo de los jóvenes en Puebla. Esta ley busca que gran parte o todo el dinero que es decomisado a los grupos del narcotráfico y delincuentes sea reservado justamente a los jóvenes, en específico a la deserción escolar, la prevención de adicciones y la educación sexual.
Es así como los jóvenes tenemos un gran compromiso con la sociedad, con quienes creen que podemos ser el motor de la generosidad y del compromiso con nuevas reformas y leyes que marquen el rumbo del estado y del país.
Lo importante ahora, es aprovechar el trabajo de todos aquellos jóvenes que desde la trinchera en la que se encuentran, ya sea universitaria, laboral o por iniciativa propia, buscan a través de las herramientas de la globalización como las redes sociales y los nuevos modelos de educación, alcanzar metas compartidas que beneficien a todos.