A dos meses de que el titular de la Secretaría de Cultura de Puebla, Sergio Vergara Verdejo, dio a conocer una serie de irregularidades en 21 museos del estado, entre ellos el Museo Internacional Barroco (MIB), Reto Diario realizó un recorrido por la obra emblemática del arquitecto japonés Toyo Ito, con el objetivo de identificar posibles cambios o modificaciones en su interior.
De ese modo, el recinto en cuestión, que era una joya emblemática de la administración del entonces gobernador Rafael Moreno Valle, luce más austero, ya que no se utilizan todos sus espacios como se hacía en el primer año de su fundación, cuando se prometió incluir constantemente piezas internacionales, así como la renovación de convenios.
Muestra de ello es el Gabinete de Curiosidades, que tenía alrededor de 500 piezas y hoy se ve casi vacío, de acuerdo con el testimonio de fuentes al interior del museo.
Asimismo, la exposición permanente – dividida en siete salas temáticas- solo está montada a lo largo de la planta baja, haciéndose acompañar de la muestra temporal “Leonardo Da Vinci: 500 años de genialidad”, aunque en sus inicios, la parte superior contaba con espacios recreativos que hoy en día están en desuso.
Cabe recordar que, en sus orígenes, el MIB era sede de diversas exposiciones temporales al mismo tiempo, pero actualmente esta situación ha cambiado.
En cuanto a las piezas exhibidas, se mantienen obras de otros museos tales como “Buccine” (un vaciado en latón con soldadura de estaño) o la “Imagen de la Purísima Concepción” provenientes del Museo José Luis Bello y González, o la pintura de Francisco Xavier Lazcano, perteneciente a San Pedro Museo de Arte.
Ello, a pesar de que el antecesor de Vergara Berdejo (Julio Glockner Rossainz) decidió regresar 57 de las 168 piezas de arte barroco prestadas de otros espacios como el Museo del Alfeñique o los ya mencionados.
Por otra parte, el MIB es dueño de una mínima colección propia, conformada por reproducciones de obras importantes de museos internacionales, a pesar de que se prometió adquirir una propia y convertirse en un proyecto a continuidad en las siguientes administraciones.
Se destaca “Mercurio levantando a Psyque”, la cual es una reproducción de los talleres del Museo de Louvre en París, Francia.
Hasta donde se sabe, no hay nuevos informes sobre las irregularidades detectadas en el MIB (cuyas bodegas presuntamente tenían piezas tiradas en el piso y carecían de listas de identificación), ni tampoco de las anomalías y saqueos suscitados en otros recintos museísticos de Puebla.
Igualmente, se desconoce qué ha pasado con las acusaciones relativas al fideicomiso por 300 millones de pesos que se creó en el morenovallismo para adquirir obras de arte sobrevaluadas.
Sin duda, este museo ha sido polémico desde el momento en que el gobierno del difunto Rafael Moreno Valle abrió la convocatoria para licitar su creación, operación y mantenimiento, entregada finalmente a la empresa La Peninsular, Compañía Constructora de la familia Hank Rhon.
Esta casa editorial intentó contactar al secretario estatal de Cultura para conocer avances al respecto, pero su equipo de comunicación alegó que no podía dar declaraciones con motivo de la veda electoral.
En resumen, la obra multimillonaria del morenovallismo, que prometía competir con los museos más reconocidos del planeta, continúa subsistiendo de los préstamos de otros recintos, aunque historiadores y académicos coinciden que debería impulsar o acrecentar su acervo personal porque es la columna vertebral de su existencia.