La solicitud temporal de licencia de Martha Erika Alonso a la presidencia estatal del dif para elegirse como secretaria general del cde del pan representa el destape de la esposa del gobernador y ser la candidata a gobernadora en el 2018.
La ambición de poder del Señor de Los Cerros lo obligan a destapar su carta de manera anticipada, sabiendo que la obtención de la candidatura presidencial cada vez se le complica más.
En esa lógica, el plan B para el 2018 de Moreno Valle es conservar las llaves de Casa Puebla y asegurar la senaduría por la vía plurinominal para convertirse en el líder de la Cámara Alta y desde ahí relanzar su proyecto presidencial.
Sabedor de que lanzar a su esposa en el 2016 para ser su sucesora era un auténtico suicidio, Rafael impulsó la reforma electoral para crear la mini gubernatura para dejar un margen de año ocho meses a un mini gobernador, y así dejar un período de intervalo para poder impulsar a su esposa como gobernadora de seis años y seguir siendo el poder detrás del trono.
El problema es que el maquiavelismo de Moreno Valle cada vez se hace más burdo y evidente; eso, el votante no lo perdona.
Sobre todo porque el único “mérito” partidista de Martha Erika es el ser la esposa del gobernador.
La experiencia política de la primera dama poblana se reduce prácticamente a cero y su militancia en el pan es justamente de la misma fecha de Moreno Valle; ya que ambos se inscribieron en el 2009, aunque el gobernador ya era senador blanquiazul sin pertenecer a ese partido.
Así las cosas, el decreto emitido desde Casa Puebla para hacer a Martha Erika la secretaria general del pan estatal es el destape morenovallista para el 2018.
Debo decir que por la naturaleza de su cargo siempre he reconocido la labor de las presidentas estatales del dif, quienes por el hecho de ser esposas de los gobernadores en turno cumplen con una noble función.
Sin embargo, ellas alcanzan ese cargo de privilegio por su condición civil de esposas y no por méritos propios; aunque en su descarga, ellas son las menos culpables de que así se asigne la presidencia del dif.
En el caso que hoy nos ocupa, las condiciones cambian cuando el gobernador decide poner a su esposa a jugar a la política.
A partir de hoy la señora es una política que aspira a dirigir a su partido y que en un futuro no lejano buscará cargos de elección popular.
De ahí que sea políticamente inmoral que solicite licencia y que una vez electa regrese a la presidencia del dif.
No se puede consentir que una líder de partido pueda presidir una institución que destina parte sustancial de su presupuesto a hacer obra social, entregar alimentos y regalar despensas.
Si los panistas le permiten estos excesos a su patrón es un tema interno de partido, pero que la secretaria general del pan utilice recursos públicos aprovechando la dualidad de sus cargos, lo convierte en un asunto público que debe denunciarse.
Mientras tanto, es un hecho que el Señor de los Cerros ya tiene candidata para el 2018 y para proyectarla utilizará entre semana los millonarios recursos públicos del dif y los fines de semana la estructura política del pan.
El descaro y la ambición en su máxima expresión.
Digamos que Rafael, al igual que Vicente Fox, ya tiene a su Martita.




