Serpientes y Escaleras por Ricardo Morales
Uno de los principios de todo proceso electoral es la incertidumbre, señala siempre de manera enfática el maestro Alejandro Guillén, distinguido académico y politólogo de la Universidad Autónoma de Puebla.
La afirmación me parece cierta, pero también lo es, que en numerosas ocasiones, en las más altas esferas del poder, se ponen de acuerdo, para definir posiciones, lejos, muy lejos de la llamada “voluntad popular”.
La era de las concertasesiones entre el PRI y el PAN inicio durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, en donde priistas y panistas intercambiaron singularmente triunfos en Baja California y Guanajuato, según convenía a los intereses del huésped de Los Pinos.
A casi 15 años de distancia, para nadie es un secreto que el arribo de Vicente Fox Quesada a la presidencia de la República y el inicio de la era de la “alternancia” se negoció desde los Estados Unidos con Ernesto Zedillo Ponce León, para dar paso al PAN en el gobierno federal, mismo que se prolongó por espacio de 12 años.
En Puebla ya se vivió algo similar. En el año 2006 la entidad se convulsionó por el escándalo conocido como el “Lydiagate”, la detención de la periodista Lidia Cacho, la cual fue aprendida por elementos de la policía judicial en Cancún y trasladada a esta ciudad capital, luego de 20 horas de viaje en auto, desató en ese año, la peor crisis política de los últimos 30 años.
La renuncia del gobernador Marín, acusado de violaciones graves a los derechos humanos, aunado a una serie de grabaciones sostenidas con el empresario Kamel Nacif, parecía inminente. Incluso el entonces candidato del PAN a la presidencia de la República, Felipe Calderón Hinojosa, vino a sacarle l, tarjeta roja al mandatario poblano, en las instalaciones del Congreso local, la suerte del mixteco parecía estar echada.
Pero de cuando todo parecía perdido, el entonces presidente nacional del PAN, Manuel Espino Barrientos, dio la orden de cesar las críticas contra Marín. El entonces secretario de Gobernación, Carlos Abascal Carranza (Monseñor Abascal) desde sus oficinas en Bucareli, había llevado a cabo una negociación con el propio Marín y las más altas esferas del poder para cambiar la suerte de Puebla, algo que solo se supo tiempo después.
Marín abandonó a Roberto Madrazo Pintado a su suerte y la nave priista naufragó en todo México, era prioridad detener a López Obrador a costa de lo que sea “haiga sido, como haiga sido”.
A Marín le alcanzó para ganar en el 2007 la elección local colocando a 25 de 26 diputados priistas en el Congreso local y manteniendo a pesar de todos los pesares, la capital a manos de Blanca Alcalá Ruiz. En el 2009 toda Puebla cayó rendida ante el resultado electoral federal, Marín había recuperado la magia electoral y se llevó las 16 diputaciones federales que había estado en juego.
Pero el 2010 dejó al descubierto los acuerdos de Bucareli alcanzados en ese entonces con el ya fallecido Abascal, un Marín maniatado negoció la entrega del poder y envió al sacrificio a uno de los suyos, al único que no podía reclamarle la entrega del poder a cambio de salvar su pellejo, fue así como se concretó la llegada de Rafael Moreno Valle al poder.
Todo este rollo viene a cuenta debido a que ya corre la versión que de nueva cuenta priistas y panistas han llegado a un acuerdo a los más altos niveles para el 2016.
La hipótesis tiene sustento en lo ocurrido en la pasada elección celebrada en Querétaro, en donde el gobierno federal abandonó al entonces gobernador José Calzada Ruviorosa, quien entregó la elección a manos del PAN, entidad de donde es originario el actual dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya.
Anaya tuvo entre sus principales patrocinadores al gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, quien a su vez fue uno de los principales operadores del candidato del PAN al gobierno de Querétaro, Francisco Domínguez Servíen, quien trabajo de la mano con el alcalde de Puebla, Antonio Gali, el enviado del gobernador para trabajar en esa elección.
En recompensa a los servicios prestados y a su obediencia, José Calzada el gobernador perdedor de la contienda, recibió la secretaría de Agricultura.
Para el 2016 se dice que ya hay acuerdos cocinados al más alto nivel, entre los que se encuentra Puebla.
De acuerdo a lo que ha trascendido y en contra de todos los pronósticos 2016 sería para el PAN en la persona de Tony Gali y en el 2018 los panistas devolverían la cortesía entregando el gobierno del Estado a un priista y operando a favor del candidato del presidente Peña, para frenar nuevamente al peligro de López Obrador o a Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”.
El candidato del PRI esta demás decir será el ya multi mencionado, José Antonio Meade Kuribreña, amigo de panistas y priistas y del propio gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas, quien a su vez sería senador por la vía plurinominal en el 2018.
Peña, Meade y Moreno Valle, tienen amigos financieros en común, uno de ellos, beneficiario de uno de los más grandes proyectos realizados en la entidad, Carlos Hank Rhon, cuya empresa “La Peninsular” es la encargada de la construcción del Mueso Internacional de Arte Barroco.
La Peninsular es subsidiaria de Alcance Total, empresa fundada en 2003 por el hijo el célebre profesor, quien acuñó la frase de que “un político pobre, es un pobre político”. Por si fuera poco, la empresa de los Hank está ligada en el proyecto del Museo a Higa, empresa que alcanzó fama, luego de los escándalos de la casa Blanca.
La semana pasada el gobernador Moreno Valle se reunió con Hank cabeza del consejo de administración del grupo Banorte y cerebro financiero del grupo Atlacomulco.
2016 para el PAN pactado con Peña y su grupo, 2018 para el PRI y todos juntos contra el “Peje” y “El Bronco”, pero además el candidato del tricolor para esa elección no sería otro que Jorge Estefan Chidiac, concuño de Gali y amigo el posible candidato del PRI a la presidencia, José Antonio Meade.
¿Les suena disparatado?
Un capo en Protección Civil de Atlixco. Responde al nombre de Juan Enrique Calderón Lozada y como otro empleados del ayuntamiento del “chivo”, José Luis Galeazzi Berra, es un Yunque consagrado come hostias.
Calderón Lozada ya hizo alianza con la “porra”, Norma Elisa Castillo Navarro, directora de la secundaria técnica No.3 de Atlixco y ahora ya le pusieron signo de pesos a su movimiento, ya enviaron el mensaje de que se trata de un asunto de pesos el tema.
En tanto el “Chivo” José Luis Galeazzi, hace “pildoritas”, pues ya quedo claro que él no manda en el ayuntamiento de Atlixco, tal vez anda enamorado de nueva cuenta.
El libanés con el gobernador. Ayer un grupo de empresarios que forman parte del Consejo del Centro Mexicano Libanés y que encabeza, José Yitani Maccise, se reunió con el gobernador, Rafael Moreno Valle Rosas, quien departió con ellos por varias horas.
En el encuentro estuvieron presentes el propio gobernador, el secretario de Finanzas Roberto Rivero y el alcalde de Puebla, Antonio Gali, quien también tiene raíces libanesas en la sangre.
El gobernador y los libaneses, sellaron un pacto, la comunidad libanesa de Puebla, es una de las más grandes de Puebla y con una influencia que abarca todos los ámbitos.




