Entrevistando al Hijo del Santo y a Santo Jr. —cuyo padre y abuelo, respectivamente, fue un pilar de la lucha libre— sobre su gira de retiro, no pude evitar pensar en un tema bastante interesante: la lucha libre como motor turístico.
La lucha libre pasó de ser un deporte-espectáculo a un atractivo turístico y cultural reconocido a nivel mundial. Al menos la lucha libre mexicana es un símbolo cultural que atrae turistas curiosos esperando ver la hurricanrana, pierrotazos, vuelos en el ring, los ya prohibidos torniquetes, suplex y todos aquellos movimientos que despiertan la algarabía del público.
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Algunos factos
Por ejemplo, al menos en Ciudad de México, la Arena México recibe turistas nacionales e internacionales cada semana. Antes de la pandemia, se reportaban funciones con asistencias de entre 8 mil y 10 mil personas, con un porcentaje importante de extranjeros.
TripAdvisor y agencias de tours (como GetYourGuide) ofrecen “Lucha Libre Experience” que incluyen entrada, guía, mezcal y máscaras. Estos paquetes están entre los tours más vendidos en CDMX.
La Secretaría de Turismo de CDMX ha reconocido a la lucha libre como un “producto turístico cultural” que genera derrama económica en transporte, restaurantes, hospedaje y souvenirs.
Según la revista Forbes México, el turismo deportivo —donde entra la lucha libre— representa alrededor del 10% del turismo mundial, y en México, la lucha es uno de los pilares de este segmento.
Además, la lucha libre también fomenta el turismo interno a través de eventos como Verano de Escándalo o Triplemanía. Gente de otros estados viajan a ver luchar a sus luchadores favoritos.
Orgullo cultural
La lucha libre mexicana está catalogada como patrimonio cultural popular en varias iniciativas académicas y legislativas.
Los enmascarados (El Santo, Blue Demon, La Parka, etc.) son íconos culturales reconocidos dentro y fuera de México. Su popularidad creció tanto que algunos como El Santo y Blue Demon se convirtieron también en estrellas cinematográficas, como olvidar clásicos como El Santo contra las Momias de Guanajuato, Blue Demon contra el Poder Satánico, El Mundo de los Muertos, entre otros.
Y bueno, es momento de mencionar mi afición en la infancia por este deporte y mi enamoramiento a temprana edad por el Vampiro Canadiense.
Siguiendo con el tema turístico, existen museos y exposiciones temporales dedicadas a la lucha libre, que atraen a visitantes interesados en la cultura pop mexicana.
En México y el mundo
Y en México no es el único país donde la lucha libre fomenta el turismo, pues espectáculos como Wrestlemania y Summerslam también son puntos de interés para viajeros que buscan vivir la adrenalina, los vitoreos y los golpes en primera fila.
Estudios arrojaron que los turistas de Europa, Japón y Estados Unidos incluyen la lucha libre en su itinerario al visitar México.
Programas de televisión y documentales (Netflix, Discovery Channel, Vice) han retratado la lucha libre como una experiencia “imperdible” en CDMX.
No por nada, la WWE compró a la AAA. Ya ves Trumpetas (forma despectiva de llamar a Donald Trump), USA sabe que traemos flow, le damos sazón a su insípido país, y saben que somos un mercado ideal para la lucha libre, además, con esta compra también aprovecharán la experiencia de la AAA en la creación de productos de entretenimiento y contenido, y potenciarán a talentos mexicanos como Octagon Jr., Ángel Garza, Psycho Clown, entre otros.