Dos derrotas consecutivas al inicio del torneo ponen nervioso al más paciente, y más cuando se viene de temporadas terribles, donde definitivamente los números son paupérrimos.
En redes sociales percibo ya una animadversión en contra del DT Pablo Guede, a quien la afición culpa del mal inicio del torneo, y más cuando arrastra una pésima racha desde el certamen anterior. Debo reconocer que no le falta razón al aficionado poblano, sin embargo, me pregunto si algún otro DT con este mismo plantel podría realizar un mejor papel. Es posible que sí, pero también es muy posible que no.
Mire usted, ganar en Primera División es muy complicado, y más para equipos del nivel del Club Puebla; para muestra, los últimos once partidos, donde se han perdido diez y se ha empatado uno.
La circunstancias que rodean al equipo de La Franja son distintas a las de la mayoría de los otros 17 equipos del máximo circuito, con excepción del Querétaro, que ha vivido una situación similar y que ahora, con nuevos dueños, tratarán de darle la vuelta a la mala situación, aunque a decir verdad, yo veo difícil que estos americanos que creen que están en la película “Money Ball” van a lograr algo diferente haciéndole caso al algoritmo, aunque esa es otra historia.
Regreso al inicio de este escrito. ¿Alguien pensó que sería fácil? Yo no, la verdad. Un proyecto de reconstrucción no se da en dos jornadas, ni en cinco, ni en un torneo; llega a tomar, mínimo, tres torneos cortos.
Sin embargo, espero que tanto Rafael “Chiquis” García, Gabriel Saucedo y el mismo Pablo Guede, no se vayan con la novatada de que con puros jóvenes se puede competir en una liga llena de viejos lobos de mar, como es la Liga MX, desgraciadamente se requiere de cierta experiencia para nivelar los decibeles dentro del terreno de juego, mantener la actual estructura en las alineaciones puede ser una buena apuesta a mediano y largo plazo, pero definitivamente no a corto plazo.
Quienes conocen al criticado Pablo Guede, me dicen que trabaja bien en la cancha, que es hábil tácticamente, pero que su gran pendiente es el carácter, hasta cierto punto bipolar que tiene y que le genera en ocasiones ser bastante directo y crudo con los jugadores, lo cual no le permite ser un buen psicólogo, determinante en el manejo de grupos humanos.
Después de todo este rollo, estoy en condiciones de adelantarle que ante las circunstancias actuales, aun cuando el torneo es joven, el partido del próximo viernes frente al Santos de Torreón se vuelve definitivo, una victoria tranquilizaría las aguas y le permitiría a la escuadra irse, hasta cierto punto, tranquilos a la Leagues Cup, de la misma forma, un resultado negativo pondría a pensar a la directiva de manera seria en un cambio de timonel.
Pablo Guede podría definir su futuro en este semestre en el partido frente al rival directo en el tema porcentual, donde entre ellos se definirá quién pagará los 80 millones de pesos de multa.
Como colofón, y de verdad sin el afán de defender a nadie, debo reconocer que los inicios de un proyecto en la Primera División son “jodidos”, cuesta un mundo ganar y tomar regularidad.
Desconozco si con Pablo Guede se podrá lograr el ansiado cambio de rumbo para La Franja, pero de lo que sí estoy seguro es que con quien sea, será mucho muy complicado.
No queda más que seguir intentando, pues en lo personal siento que la victoria cada vez está mas cerca, ojalá no me equivoque.
Con multa o sin multa, pero se tiene que seguir intentando, créame, amigo aficionado poblano, que no hay de otra.
Nosotros, como siempre, seguiremos en línea.
Hasta la próxima.
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