Hay un fenómeno inédito en la vida pública de Puebla: en varios municipios, algunos de ellos los más importantes del estado, la oposición a los ayuntamientos de Morena no viene de las fuerzas políticas tradicionales, como el PAN y el PRI, sino de la misma 4T. Tal es el caso del gobierno de Cuautlancingo, encabezado por el edil Omar Alberto Muñoz Alfaro, quien enfrenta constantes ataques en redes sociales y agresiones en el Cabildo que provienen de facciones morenistas y de Movimiento Ciudadano.
Lo que sorprende en esta situación es la indolencia con que actúa el Comité Ejecutivo Estatal de Morena, encabezado por Olga Lucía Romero Garci-Crespo, que se muestra ausente, o mejor dicho extraviado, para salir a defender a uno de los principales gobiernos morenistas en la Zona Metropolitana de Puebla.
El intento de desestabilizar al ayuntamiento de esa demarcación proviene de Guadalupe Daniel Hernández, quien llegó en 2018 al cargo de alcaldesa de Cuautlancingo y en 2021 perdió la reelección, además de que hace poco tiempo fue destituida como directora del Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado de dicho municipio. Esta mujer, que tuvo una larga trayectoria política en el PAN, llegó al poder público bajo las siglas de Morena.
En el Cabildo, la verdadera oposición no proviene del Prian, sino de Ana Laura Papaqui Daniel, quien es regidora de Morena y es hija de la ex alcaldesa Guadalupe Daniel.
Frente a este esquema tendría que ya haberse dado una intervención contundente de Olga Lucía Romero Garci-Crespo para intentar conciliar entre los dos polos políticos de Morena en Cuautlancingo, o proceder a expulsar del partido a Guadalupe Daniel y a su hija.
El comportamiento de la exalcaldesa y su hija no se reducen al tema de actuar de manera crítica o de atacar –en redes sociales– a la gestión de Omar Muñoz, sino que están participando en un proyecto político contrario a Morena rumbo a las elecciones intermedias de 2027.
Una figura que ha emergido para posicionarse como aspirante a candidata a la alcaldía de este municipio conurbado a la capital es Evelyn Yadira Camela Hernández, quien es regidora y militante del partido Movimiento Ciudadano.
Esta representante del llamado “partido naranja” se ha caracterizado por su actitud estridente en el Cabildo, de siempre gritar, provocar, dentro del cuerpo edilicio, sin que sus intervenciones se hagan acompañar de algún discurso político o de propuestas.
Atrás del proyecto de Evelyn Camela Hernández se encuentra el apoyo del PAN, en particular del dos veces exalcalde Filomeno Sarmiento, así como de núcleos de militantes de Morena, que encabeza Guadalupe Daniel y la regidora Ana Laura Papaqui.
Tal situación plantea dos condiciones relevantes:
Primera: en todo el partido se puede aceptar el disenso, pero lo que nunca se tolera es que los integrantes de la organización política le apuesten a hacer alianzas con la oposición y provocar la derrota de la fuerza a la que pertenece.
Segunda: siempre los partidos tienden a buscar, a procurar, que las diferencias entre las facciones de la misma fuerza política se resuelvan, se discutan, hacia el interior de la organización y sin que esos asuntos brinquen a los espacios de opinión pública.
Esas dos situaciones no ocurren con Morena en Puebla, el partido es “un cero a la izquierda” desde que, en el año 2022 por primera vez y en 2024 por segunda vez consecutiva, Olga Lucía Romero García-Crespo asumió la presidencia del partido de Regeneración Nacional.
Morena se ha convertido en una fuerza política de ornato, pues el partido nunca busca incidir en los espacios de opinión pública.
Y mucho menos se le ve intentando frenar las diferencias, los conflictos, los ataques que existe entre morenistas de un mismo municipio. Un problema que se reproduce a lo largo y ancho de la geografía poblana.
Una muestra de que la dirigencia de Morena no está haciendo su trabajo, es que este jueves la regidora Luz María Ramírez Luna, del partido de Regeneración Nacional, tomó la iniciativa –en sesión de Cabildo– de salir a cuestionar el papel de las regidoras opositoras, entre ellas la morenista Ana Laura Papaqui Daniel.
Esa labor, por lo menos en el caso de Guadalupe Daniel y su hija, la tendrían que hacer desde el Comité Ejecutivo Estatal de Morena, pero tal parece que la cabeza de esa fuerza política está más interesada en atender asuntos secundarios, en lugar de preocuparse porque marchen bien los ayuntamientos morenistas.
La regidora Luz María Ramírez expresó en la sesión de Cabildo, lo siguiente:
“Entiendo, por supuesto, que la disidencia es parte legítima del quehacer político. No espero unanimidad artificial ni un pensamiento único que desnaturalice la pluralidad. Pero hay una diferencia clara entre la divergencia razonada y la obstinación irresponsable; entre el voto informado y la negación sistemática; entre la crítica argumentada y la difamación disfrazada de opinión.
”Cuando en este Cabildo alguien levanta la voz no para construir, sino para descalificar; cuando alguien vota en contra no por convicción, sino por cálculo, entonces deja de representarse a sí mismo como regidor o regidora del pueblo, y comienza a representar únicamente sus propios intereses.
”Y eso, permítanme decirlo con todas sus letras, es una traición al mandato popular.
”Recientemente estuvimos a punto de perder apoyos estatales y de beneficio directo para cientos de niñas y niños por la terquedad y la soberbia de algunos integrantes, quienes nos han insultado señalando que no entendemos de leyes o del funcionamiento de este cuerpo normativo.
”Y eso es lo más doloroso, que por encima del interés general se encuentre el particular con tintes de desprecio…
”Hay quienes lamentablemente han pretendido confundir la crítica con la injuria y el voto contrario con la rebeldía heroica. Y desde aquí les digo: no confundamos valentía con gritería, ni firmeza con obstrucción. La crítica auténtica no necesita espectáculo. Y la disidencia honesta no se lanza al vacío sin razones.
”La crítica sana se hace con argumentos, no con insultos velados. Con responsabilidad institucional, no con discursos o guiones incendiarios que solo buscan likes en las transmisiones que hacen desde sus redes sociales”.
La respuesta a ese discurso lo dio la regidora Evelyn Yadira Camela Hernández, pero no debatiendo con su homóloga de Morena, sino que al final de la sesión de Cabildo –dicen los enterados– interceptó al director jurídico del Ayuntamiento para expresarle que ese discurso no lo podía haber escrito Luz María Ramírez Luna, sino que seguramente alguien se lo redactó.
Es decir, actuó con discriminación hacia la regidora de Morena, si es que resulta cierta la versión de ese reclamo.