México requiere un nuevo instrumento de medición de la pobreza que supere los alcances de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh), al integrar además un análisis de índices de carencias, cobertura de programas y muestras a largo plazo, sostuvo la Secretaria de Desarrollo Social, durante el inicio del Foro Internacional de Mejores Prácticas en Desarrollo Social, donde coincidió con el gobernador de Puebla.
Sólo con un nuevo instrumento multidimensional, se podrá acreditar la eficacia de los programas establecidos por los tres órdenes de gobierno: “detrás de las estadísticas hay rostros, personas con necesidades concretas y cotidianas. Nosotros no perdemos de vista que nuestro trabajo, tiene un impacto inmediato en la vida de 53 millones de personas en situación de pobreza”, manifestó ante el gerente del Sector Social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID); el presidente del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (Inegi); el secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval); el Secretario de Desarrollo Social estatal; así como funcionarios federales y especialistas del sector.
Por su parte, el gobernador subrayó que uno de los principales retos en el combate a la pobreza, es la dispersión poblacional de las entidades como Puebla, que tiene más de 6 mil comunidades en sus 217 municipios, y que implica inversiones más altas per cápita para llevar servicios básicos a localidades marginadas.
“Estamos buscando de qué manera garantizar que los programas sociales cambien la vida de la gente; nosotros consideramos que los subsidios deben tener una temporalidad definida, un objetivo claro (…) nuestra convicción es generar riqueza, cómo podemos canalizar los recursos y poder lograr que la gente sea autosuficiente, que puedan salir adelante, a través de microcréditos tener un proyecto de emprendedores, o proyectos productivos”, manifestó.
El mandatario se refirió también a los retos que enfrentarán las entidades este año y durante 2016, ante el panorama económico derivado de la caída del precio del petróleo y que ya ha tenido consecuencias en los presupuestos para los gobiernos Federal, estatales y municipales.
“La propia circunstancia está llevando a los gobiernos a buscar un presupuesto de base cero, lo que es un reto, pero también un área de oportunidad, porque hoy se puede revisar la rentabilidad social de cada peso, ver el éxito o el fracaso de programas, ver si hay duplicidad y buscar integrarlos en una visión global y, por supuesto, tomar las políticas públicas que han tenido éxito en otros países o entidades federativas”, argumentó.
Coincidieron en que se debe tener una visión que refleje de manera objetiva los esfuerzos realizados en materia de salud, educación, calidad de la vivienda, acceso a servicios básicos y programas sociales, además de garantizar la participación de la ciudadanía en la implementación, financiamiento y evaluación de las políticas en materia social.
El Foro Internacional de Mejores Prácticas en Desarrollo Social, reúne a los principales responsables del diseño de las políticas públicas en materia social de los estados, especialistas de talla internacional del BID y servidores públicos federales en conferencias, paneles y mesas temáticas para discutir e identificar estrategias de desarrollo social.