La Universidad de Harvard presentó este viernes una demanda contra el gobierno de Donald Trump por la abrupta revocación de su certificación para admitir estudiantes extranjeros, una medida que afecta directamente a más de 7 mil alumnos y que ha sido calificada como “ilegal e injustificada” por el presidente interino de la institución, Alan Garber.
La decisión fue anunciada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), encabezado por Kristi L. Noem, quien ordenó cancelar la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVP) de Harvard. Según Noem, la universidad habría permitido el ingreso de estudiantes “antiamericanos y proterroristas”, además de haber encubierto presuntos vínculos con el Partido Comunista Chino. La funcionaria otorgó tres días para entregar registros electrónicos, disciplinarios y audiovisuales de estudiantes extranjeros involucrados en protestas o acciones ilegales.
Harvard sostiene que esta medida es arbitraria, que no se siguieron los procedimientos legales adecuados y que representa un intento de control político sobre las instituciones académicas. En su demanda, presentada ante un tribunal federal de Massachusetts, la universidad argumenta que el DHS no tiene autoridad legal para ejecutar una revocación sumaria de este tipo sin seguir el debido proceso.
Garber afirmó que solicitarán una orden de restricción temporal para frenar la decisión y proteger a los estudiantes internacionales que podrían enfrentar deportaciones inmediatas si su estatus migratorio es invalidado.
Este nuevo conflicto se suma a una serie de enfrentamientos entre Harvard y la administración Trump. El mes pasado, la universidad también demandó al gobierno por congelar 2,200 millones de dólares en fondos federales, lo que desencadenó nuevas amenazas, entre ellas, la exclusión de Harvard de futuras subvenciones educativas.