Un ataque aéreo del ejército de Estados Unidos contra el puerto petrolero de Ras Issa, en la provincia yemení de Hodeida, dejó al menos 74 personas muertas y 171 heridas, informó Anees Alasbahi, portavoz del Ministerio de Salud de la administración hutí, a través de un mensaje publicado en la red social X.
Este bombardeo representa el episodio más mortífero desde que Washington intensificó su campaña militar contra los rebeldes hutíes a mediados de marzo, en el marco de la escalada de tensiones en el mar Rojo. Según los hutíes, las víctimas del ataque incluyen trabajadores civiles y socorristas que se encontraban en la zona realizando labores de rescate tras una primera oleada de bombardeos.
Objetivo económico y militar
El Comando Central de Estados Unidos (Centcom) confirmó haber destruido la terminal petrolera con el objetivo de debilitar la infraestructura económica de los hutíes, a quienes acusa de utilizar los ingresos derivados de la venta ilegal de hidrocarburos para financiar sus operaciones armadas en la región. Washington ha catalogado al grupo como una organización terrorista respaldada por Irán y sostiene que las acciones militares buscan cortar las fuentes de financiación utilizadas para atacar buques civiles y militares en el mar Rojo.
“El objetivo de estos ataques era eliminar esta fuente de combustible para los terroristas hutíes y privarlos de los ingresos ilegales que han financiado sus esfuerzos para aterrorizar a toda la región durante más de diez años”, señaló Centcom en un comunicado.
The U.S. air force has been pounding Houthi targets for a month, and tonight the American military targeted and destroyed the Houthi fuel terminal at the Ras Issa port in Hodeidah.
The Houthis are hurting and Iran is being pushed into the corner, slowly losing their militias. pic.twitter.com/dZjSReOdHM
— James J. Marlow (@James_J_Marlow) April 17, 2025
Una infraestructura estratégica bajo fuego
El puerto de Ras Issa, situado en una península sobre el mar Rojo, es una infraestructura clave para los rebeldes hutíes, ya que representa el punto final de un oleoducto que conecta con la región rica en petróleo de Marib. Aunque las exportaciones se han visto afectadas por la guerra civil, las instalaciones seguían siendo utilizadas para la importación de combustible.
Imágenes difundidas por el canal hutí Al Masirah mostraron intensos incendios, columnas de humo y embarcaciones en llamas, mientras socorristas trataban de evacuar a los heridos. Las escenas, ampliamente compartidas en redes sociales, reflejan la magnitud de la destrucción.
Hodeidah Health Office: 38 workers and employees were killed and 102 others were injured in an unsatisfactory outcome of the crime of the American aggression against the Ras Issa oil facility pic.twitter.com/MvmwAdpTDI
— Manal Mohammed (@Manal_news) April 18, 2025
Respuesta internacional y tensiones regionales
El bombardeo ha generado fuertes condenas por parte de Irán, aliado de los hutíes, que calificó la ofensiva como “una flagrante violación de los principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas”. Por su parte, el movimiento palestino Hamás, también alineado con Teherán, denunció lo ocurrido como “una agresión flagrante y un crimen de guerra demostrado”.
Además, manifestaciones masivas tuvieron lugar el viernes en varias ciudades controladas por los hutíes, como Saná y Saadah, donde cientos de personas protestaron contra los bombardeos y expresaron su respaldo a la causa palestina en Gaza.
El conflicto también ha desatado acusaciones internacionales. Estados Unidos señala a la compañía china Chang Guang Satellite Technology de suministrar imágenes satelitales a los hutíes, presuntamente utilizadas para sus ataques contra buques en el mar Rojo. Esta empresa ya había sido sancionada en 2023 por vínculos con el grupo paramilitar ruso Wagner.