Entre los notarios públicos de Puebla no cayó muy bien la noticia de que la directora general del Instituto Registral y Catastral del estado de Puebla (IRCEP), la arquitecta María Alejandra Céspedes Sánchez, se convierta en la nueva directora del Catastro de la capital, por el rezago de más de 90 días que se registra en los diversos trámites, que van desde la inscripción de sociedades anónimas y bienes inmueble en el padrón catastral, pasando por certificados, avalúos comerciales y expedición de constancias, hasta el registro en libros de escrituras de compra-venta, hipotecas y la apertura de créditos.
Trámites que deberían realizarse en máximo dos semanas se demoran hasta tres o cuatro meses, salvo que en las operaciones de éstos intervengan gestores que actúan como auténticos coyotes que se llevan miles de pesos por su intermediación con los registradores del IRCEP.
Entonces sí las inscripciones, certificaciones y avalúos salen relativamente rápido.
De acuerdo con varios notarios y profesionales inmobiliarios, el Registro Público de la Propiedad está colapsado por la constante rotación de personal, el despido de unos 10 registradores —desde el nombramiento de Alejandra Céspedes en el primer semestre de 2023—, la contratación de gente que desconoce el funcionamiento del Catastro, y porque el Portal de Servicios Electrónicos y Pagos (PASEP), creado para simplificar y agilizar trámites, está regularmente caído.
Hay registradores que sin facultades han cancelado inscripciones, avisos preventivos o anotaciones, por la presunción o sospecha de operaciones irregulares en la enajenación de propiedades; sin embargo, cuando se acredita que éstas son legales quieren volver a cobrar miles de pesos para reactivarlas, no obstante que el error fue cometido por ellos.
Alejandra Céspedes hoy está dobleteando, pues sigue como directora general del IRCEP, y como encargada de la Dirección de Catastro del municipio de Puebla, en sustitución de Adriana Amelia Andrade Mozo.
Hay que aclarar que todavía no tiene nombramiento, pero que por las tardes visita las oficinas del Catastro Municipal y se reúne con la gente que la apoya mientras concluye su gestión en el IRCEP.
Otra cuestión que se le critica es su intención de venderle al Ayuntamiento de Puebla y a otros municipios del estado un software para llevar el inventario de todos los inmuebles de esas demarcaciones, software que para la capital del estado tiene un costo de 15 millones de pesos.
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