Un asunto que sigue ensombreciendo la campaña electoral del candidato a senador de Ignacio Mier Velazco –Morenacho— es que lleva tres semanas sin poder aclarar el destino de alrededor de mil 300 millones de pesos de la Cámara de Diputados, que estaban destinados para pagar los últimos tres meses de salarios a los asesores y colaboradores de los representantes populares, así como una gratificación correspondiente a la finalización de la LXV Legislatura Federal.
El legislador poblano podría sufrir “un lunes negro” ya que para este inicio de semana están programadas dos protestas de los miles de trabajadores afectados. La primera será una marcha afuera de las oficinas de la Junta de Coordinación Política –que preside el señor Morenacho— y una más, que será un plantón en el acceso principal de la Cámara de Diputados. Ambas expresiones de descontento se realizarán a las 12 y 15 horas, respectivamente.
La crisis se origina porque a los asesores y colaboradores de los 500 diputados federales del país, les informaron que su última quincena la cobrarán el próximo 31 de mayo, cuando tienen contratos firmados hasta agosto, fecha en que termina oficialmente la actual legislatura federal. También les notificaron que no habrá gratificación –correspondiente a 3 meses de sueldo— por la concusión del periodo oficial de los representantes populares.
Ignacio Mier se justifica diciendo que, a los trabajadores eventuales, no se le liquida y no tienen derecho a una gratificación adicional.
Los lideres de los trabajadores afectados ya presentaron pruebas de que, en el Presupuesto de Egresos de la Federación de 2024, en el ramo 100 están programados los salarios de los asesores hasta agosto. Y en el ramo 500, está contenido el dinero de la gratificación.
Sin contar que esos pagos están estipulados en las normas internas de la Cámara de Diputados. Por tanto, no hay motivo para decir: “Ya se acabó el dinero”, tal como insiste Ignacio Mier Velazco.
Este asunto que está creciendo “como una bola de nieve” y amenaza con aplastar el prestigio de Mier Velazco, que ya el coordinador de la bancada de Morena ha llegado al extremo de correr, de huir en los corredores de la sede legislativa de San Lázaro, cuando alguien le exige cuentas del dinero que, a la mala, de manera ilegal, le quieren robar a los colaboradores de los 500 representantes populares del país.
Al diputado Mier ya le mandaron 25 oficios pidiéndole que aclare el pago a los asesores o que reciba a una comisión de los inconformes para dialogar sobre el conflicto, es decir le piden que de una respuesta oficial a todo este asunto.
La única contestación que ha ofrecido Ignacio Mier ha sido su silencio absoluto. Ha ignorado olímpicamente todos los reclamos, al estilo del ex presidente Carlos Salinas, con aquella expresión lapidaria de la política mexicana: “Ni los oigo, ni los veo”.
Un trabajador llamado Iker García –el lunes de la semana pasada– se topó con Mier y le pidió una audiencia. El diputado oriundo de Tecamachalco optó por alejarse del quejoso, tras burlarse de que su nombre “es como de portero”.
En algún momento el inconforme le reclamó a gritos: “Por qué tenemos que abordar caminando el problema… somos empleados, merecemos respeto”.
Mier al viejo estilo del PRI, que es donde nació y se desarrolló en la política, no volteó a ver al trabajador.
Hace tres semanas, cuando este escándalo se narró por primera vez en este espacio, se estimaba que los afectados eran alrededor de mil 500 trabajadores y que el dinero faltante era de alrededor de 400 millones de pesos.
Ahora el cálculo que se tiene, el siguiente: son unos 4 mil trabajadores, entre asesores y colaboradores, a los que se les quiere hurtar los tres últimos meses de sus salarios que corresponde a un monto de 800 millones de pesos y al mismo tiempo, se les niega una gratificación equivalente a un trimestre salarial, que de manera global es del orden de 500 millones de pesos.
Para los líderes del movimiento de inconformidad se han despertado tres suspicacias de esta situación:
Primera: que muchos de esos fondos que no aparecen, tal vez podrían haber tenido como destino el estado de Puebla.
O dicho de otra manera, que esos fondos se habrían usado para financiar la ostentosa campaña electoral de Ignacio Mier que utilizó para intentar convertirse en el candidato de la 4T a gobernador de Puebla, empresa en la que fracasó y en compensación, le dieron la candidatura a senador.
Los inconformes no tienen pruebas para sustentar que el dinero de la Cámara de Diputados se aterrizó en territorio poblano. Solo es una ligera sospecha.
Pero también es cierto que Ignacio Mier Velazco nunca ha podido aclarar de dónde salieron los cientos de millones de pesos que se usaron para forrar el estado de Puebla con espectaculares, bardas, lonas, globos y muchos artículos más que se repartieron a diestra y siniestra a lo largo de casi un año. Toda esa propaganda tenía el rostro del señor Morenacho.
Segunda: que algunos de los líderes parlamentarios de LXV no se quieren ir del cargo sin hacer “el año de Hidalgo”.
Es decir, robarse “a la brava” algunas partidas presupuestales. Entre ellos estarían varios integrantes de Morena, de esos que se la pasan diciendo: “No mentir, no robar, no traicionar al pueblo”.
Tercera: que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público no entregó esas partidas presupuestales a la Cámara de Diputados y nadie, quiere aclarar, cuál es el motivo, pese a que son fondos etiquetados, que no podían ser tocados.