El periodista Ernesto Aroche, director de Lado B, descubrió que Néstor Camarillo y Nadia Navarro fueron beneficiados con sendas “candidaturas indígenas”, dejando fuera, en consecuencia, a auténticos indígenas con derechos y ascendencia real.
El primero encabeza la primera fórmula del PRIAN al Senado de la República, en tanto que la segunda va en un muy buen lugar en la lista plurinominal de la Cuarta Circunscripción por la misma coalición.
De acuerdo a los documentos oficiales que Aroche subió en su cuenta de Twitter a eso de las diez de la noche de este lunes, tanto Camarillo como Navarro tienes sus raíces indígenas en la comunidad del Molino, en Zacapoaxtla, misma que tiene mil 698 habitantes.
Las semejanzas son delirantes.
Vea el hipócrita lector:
Ambos se autoadscriben a esa comunidad náhuatl y Manifiesta ser descendientes de personas indígenas de la comunidad.
Señala —ambos— que participan en diversas actividades en beneficio de la comunidad e imparten pláticas de derechos humanos.
(Favor de no burlarse de estas madres Teresas).
Los documentos oficiales hablan de los dos manifiestan que han brindado servicio comunitario.
(¡Faltaba más! Seguramente hacen faenas todos los lunes en las tierras yertas del Molino).
En los dos casos, el presidente del Comisariado del ejido del Molino emitió sendas declaraciones en las que se hace constar “su participación de manera constante en diversas actividades en beneficio de la comunidad, dando capacitaciones en derechos humanos y participación ciudadana, así como prestando servicio comunitario en la rehabilitación de espacios educativos y de salud”.
(Ajá).
Estas almas de Dios y del PRIAN también han participado “en la resolución de conflictos de esta comunidad”.
(Cómo dudarlo).
En el caso de la aún senadora, queda de manifiesto que “pertenece a la comunidad, no obstante que en la CPV su domicilio se ubica en la ciudad de puebla, (pero) mantiene vínculo con la comunidad indígena”.
(Es nuestra Xóchitl Gálvez. ¿Alguien lo duda?).
En el caso del exdirigente del PRI estatal —partido al que destruyó hasta convertirlo en el club de la pipitilla— se advierte que desde hace tres años se autoadscribió a esa comunidad.
(¡Qué oportuno!).
Un tuitero —blakanito— le echó más leña al fuego, pues subió a la red social un documento que demuestra que el actual diputado Juan Carlos Natale es “indígena hombre no procedente”.
(Digamos que es un indígena rubio gracias a los franceses que fueron derrotados en la Batalla de Puebla de 1862).
Los comentarios a los tuits de Aroche son de antología.
El tuitero Méxicocorrupto escribió:
“¿La misma @Nadia_NavarroA que firmó ‘la Carta de Madrid’, promovida por el partido español VOX, representante de la más asquerosa ultraderecha?
“Pues vaya asco de persona, al lado de xenófobos, neoliberales, terraplanistas, antivacunas y demás despojos sociales”.
Y la tuitera Alejandra Ezeta comentó:
“Néstor Camarillo es un indígena atrapado en el cuerpo de un blanco”.
“De un japonés”, terció otro personaje.
En los documentos del INE acerca de las candidaturas indígenas se lee:
“La histórica marginación en la que han vivido, el analfabetismo y la falta de información en lengua materna son algunos de los factores que favorecen las prácticas de compra, condicionamiento y coacción del voto en las comunidades indígenas. Aun cuando representan una parte importante del electorado, están al margen de las propuestas de las candidaturas partidistas y enfrentan situaciones de discriminación porque no cuentan con información sobre los procesos y las propuestas electorales en su propia lengua”.
En efecto.
Y lo peor es que hay personajes como Camarillo y Navarro que usurpan esas candidaturas con la cara dura que los caracteriza.
¿En cuánto les salió el aval del presidente del Comisariado?
¿De cuánto fue el moche?
Diría Kamel Nacif: “¡Qué asquerosidad!”.
