Pese a que durante el periodo de precampaña Alejandro Armenta borró a Eduardo Rivera, algunos medios y periodistas con intereses en ambos bandos buscaron equilibrar las cosas.
“Muestran músculo en cierres de precampaña”, fue la nota de ocho columnas de un periódico que acompañó la reseña con fotos de los precandidatos a la gubernatura de Morena y el PRIAN.
Y así por el estilo se movieron los demás a lo largo de los diez días autorizados por el INE.
Nada dijeron que mientras Armenta reunió miles de personas en sus actos, Rivera apenas logró juntar a cien o ciento veinte.
El desequilibrio fue notorio.
Pero todos tenían un argumento: “El INE nos obliga a ser equitativos en la cobertura”.
Y en aras de esa equidad, no descobijaron a quien les sigue pagando sus convenios a través del títere que dejó en la Presidencia Municipal de Puebla.
Estos mismos personajes han escrito en sus columnas que, en efecto, Armenta va arriba en las encuestas, pero que Rivera tiene posibilidades de crecer.
Y a ambos los llaman “punteros”.
La diferencia entre el primer lugar y el segundo es abismal, pero convenio mata prospectiva.
En otras palabras: al tenor de esos eufemismos y medias verdades buscan construir la narrativa de equidad.
Al cliente lo que pida, es su lema.
Y el cliente del Ayuntamiento pidió antes de irse que dicha narrativa lo beneficiara en la medida de lo posible.
(La “medida de lo posible” hay que traducirla como la “medida del convenio”).
En Huauchinango, por ejemplo, Rivera apenas alcanzó a reunir a cien personas.
(El número de habitantes rebasa los 120 mil).
De esos cien, ochenta iban francamente acarreados y veinte pasaban por ahí.
El precandidato del PRIAN, por cierto, hizo como si hablara ante miles de personas.
¿Qué dijeron los citados periódicos poblanos?
Ponderaron el discurso de Rivera, pero nada dijeron de la ridícula cifra.
Y para no afectar el convenio, publicaron una foto cerrada en la que sólo se ve al candidato en pose de Martin Luther King.
Con ese doble discurso los vamos a seguir viendo de aquí al día de la elección.
Ya lo verá el hipócrita lector.
Marín resucitado
En octubre próximo se cumplirán cien años de la publicación del Manifiesto Surrealista, cuyo autor es André Breton.
Habrá celebraciones en todo el mundo.
En Puebla ya iniciaron.
La cobertura de las precampañas fue surrealismo puro.
Ante la falta de quórum, mentiras abiertas.
O simulación.
Ante los bajos números en los estudios demoscópicos, altas expectativas de crecimiento.
Ante el pésimo trabajo en temas como la seguridad, ausencia de información al respecto.
Ante una caída letal en las estimaciones, un empujón en las columnas.
Y a todo esto hay que sumar lo que escribió un columnista acerca de Mario Marín Torres:
Que operó en favor de Morena en las elecciones de 2021.
Y más: que sus candidatos ganaron ampliamente.
Y que desde Palacio Nacional deberían dejarlo en libertad para que opere desde la más absoluta libertad.
En otras palabras: que Puebla ama a Marín tanto como a Tony Gali.
¡Por los clavos de Cristo!
Surrealismo puro.