Los poblanos estamos viviendo, tal vez, los últimos días de relativa tranquilidad, es la calma que precede a la tormenta, dirían los clásicos, y es que, indudablemente, los tiempos políticos se van a calentar más de lo que ya están.
El gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina le vino a dar a Puebla un remanso de paz en medio del clima de crispación social y zozobra que prevaleció durante el periodo en que estuvo al frente del Poder Ejecutivo Miguel Barbosa.
Salomón inició una verdadera reconciliación con todos los sectores de la sociedad y se ha dado a la tarea de recorrer casi todos los rincones del estado para hacer realidad el lema de su administración, un gobierno presente.
Sin embargo, la armonía política está pronta a romperse por varios acontecimientos, todos ellos relacionados con la elección que se va a llevar a cabo el 2 de junio del próximo año y en donde están involucrados varios actores de la vida poblana.
La primera circunstancia pronto se presentará y marcará el fin de una breve era y el inicio de otra; se trata de la designación de quien será el candidato de Morena a la gubernatura de Puebla, o como ellos han designado, el representante de los comités de defensa para la 4T en la entidad.
Por más que algunos digan que no habrá ruptura política, claro que habrá ruptura y, como en todo, los damnificados, buscarán que sean curadas sus heridas, de lo contrario, en algunos casos buscarán sumarse al bloque opositor.
Una vez designado quien será el representante o la representante de la 4T en Puebla, habrá que ver cómo conviven el gobernador en funciones y el candidato en funciones, que se sentirá ya desde ese momento el próximo gobernador.
Es un hecho que una vez que se designa al candidato del partido en el poder, el mandatario en turno comienza a perder fuerza, por más que se diga que seguirá gobernando hasta el último minuto de su administración.
Si el candidato o candidata emerge del grupo del gobernador, la situación seguramente será de concordia, si no es así, ambos tendrán que llegar acuerdos de manera forzosa, los cuales pueden ser o no ser tersos.
Transcurrido este momento, comienza de igual forma otra lucha, ahora por las candidaturas a las diputaciones federales y al Senado de la República, por parte del oficialismo. Este proceso no es igual de intenso que el que se vive para la designación del candidato a gobernador o gobernadora, pero implica desgaste en el interior de la base, además de una desbandada de alcaldes y diputados locales, que ahora buscarán estar en la boleta buscando su pase al Congreso local o San Lázaro.
Cabe recordar que los senadores, diputados federales y locales, en algunos casos, tienen derecho a la reelección.
Una vez transcurrido este proceso, también casi de inmediato, surgirá otro que tiene que ver con la sucesión en los 217 ayuntamientos de la entidad, incluida la capital del estado.
Ahí también algunos ediles en funciones buscarán la reelección a la cual también tienen derecho y, subrayo, sin la necesidad de tener que separarse de su cargo, algo que ya ocurrió desde el 2021.
Todo esto, sin duda, crea movimientos e inestabilidad política en diferentes puntos de nuestra entidad y es otro tema al cual se le debe dar puntual seguimiento.
Una vez concluidos estos procesos, vendrán las campañas correspondientes, las cuales sean duras, rudas y muy complicadas, sobre todo porque Morena busca obtener el famoso plan C, que no es otro que tener la mayoría en ambas cámaras, diputados y senadores, así como obtener la Presidencia de la República, así que todos a respirar hondo y a comprarse una bolsa de palomitas.
Señales, señales y más señales
Algo que llamó poderosamente la atención de la clase política poblana que se dio cita ayer en la Hacienda La Carlota, ubicada entre los municipios de Tehuacán y Coxcatlán, fue la presencia de tres personajes ligados con el coordinador de los diputados federales de Morena, Ignacio Mier.
Los tres personajes que acudieron como invitados a la comida tradicional del inicio de la temporada del mole de caderas a invitación del gobernador Céspedes, fueron el empresario Julián Ventosa Tanús, cabeza del grupo JV; el también empresario Moisés Mier, sobrino de Nacho, e Ignacio Mier Bañuelos, hijo del coordinador de los diputados federales de Morena.
Nada en política es casualidad señores.
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Ilustración: Alejandro Medina
