Fue en el año de 1991 cuando la FIFA, por primera vez, organizó un mundial femenino de fútbol, desde entonces se han celebrado nueve copas del mundo femeniles; este año, 2023, la primera en Oceanía. Sin embargo, dichas copas, salvo la de este año, se habían celebrado sin gran cobertura, sin gran exposición y con una enorme diferencia del suceso deportivo que es una copa masculina de fútbol.
Esto debido a que el fútbol masculino deja mayores ganancias y derramas económicas para patrocinadores, dueños y, en general, toda la industria que gira en torno a los mundiales, pero también debido a la brecha de género, los sesgos de género y los estereotipos de género, que reproducen la idea de que los mundiales femeninos de fútbol no son “tan buenos”, no son de tanto nivel, ni son tan relevantes, porque “el fútbol es cosa de hombres”.
Sin embargo, este año fue diferente, la Copa del Mundo tuvo récord de audiencias, las selecciones participantes tuvieron el apoyo de miles de personas en sus naciones, selecciones como la de Colombia pasaron a cuartos de final, algo histórico para las selecciones femeniles de Latinoamérica.
Y la Selección Española se levantó en alto con la victoria, ganando un mundial por primera vez en la historia. Todo era risas y diversión hasta la ceremonia de premiación, donde la seleccionada nacional Jenni Hermoso subió al pódium a recibir su medalla y las palmas de la Reina Letizia, la Infanta Sofía y Luis Rubiales, el presidente de la Federación Española de Fútbol, sin embargo, al pasar con Rubiales, él la sujetó por los brazos y le dio un beso en la boca ante la inmovilidad de Jenni Hermoso.
El hecho se viralizó en redes sociales, inmediatamente se buscó bajar el video y miles de cuentas denunciaban censura, versiones falsas de que existía una relación entre ambos comenzaron a circular, hasta que Jenni dijo abiertamente que ese había sido un beso no consentido.
Este hecho indignó a la comunidad internacional porque por fin se dejaron de normalizar esas violencias; un beso si no es consentido por ambas partes es una agresión sexual, no es un cumplido, un halago, un chiste o una broma, es una invasión al cuerpo de otra persona, es un abuso.
Inmediatamente, Rubiales quiso victimizarse acusando de falsas feministas a quienes lo cuestionaron por su reprobable conducta, dijo que le había dicho a Jenni que si quería “un piquito”, lo cual, evidentemente, no ocurrió y consta en el video. Jenni Hermoso emitió un comunicado diciendo que todas las declaraciones de Rubiales eran mentira y que decidía no jugar nuevamente con la Selección Española hasta que el presidente dimitiera de su encargo. Muchas voces de otras jugadoras comenzaron a señalarlo por otras y distintas agresiones, dejando en claro lo misógino y machista de este personaje. Quien inmediatamente convocó a rueda de prensa asegurando que no renunciaría, llevándose los aplausos de directivos, cuerpo técnico y socios de clubes en España, todos hombres, aplaudiendo las violencias de uno de ellos.
Sin embargo, la FIFA anunció la separación inmediata de Rubiales del cargo por 90 días; acto seguido, jugadoras de España y todo el mundo se solidarizaron con Jenni con el HT #SeAcabó, haciendo referencia a un alto total al silencio que se guarda cuando las mujeres sufren violencias en el fútbol para evitar que se tomen acciones contra ellas por denunciar, y también como un grito de exigencia de acciones para prevenir las violencias de los agresores como Rubiales.
Hombres de otras selecciones y equipos de futbol también se unieron a esta exigencia, demostrando así que la lucha por entornos libres de violencia es tarea de todos y todas, y que la única forma de romper el pacto patriarcal es no callando ante las violencias de hombres como Rubiales, por muy poderosos que sean.
Esperemos que pronto esas determinaciones se vean en México, donde jugadoras como Scarlett Camberos han tenido que abandonar sus equipos y el país ante la falta de solidaridad de sus directivas. Que este movimiento pronto cruce fronteras y sea la punta de lanza para garantizar a las mujeres que el fútbol sea un espacio libre de violencias machistas.