Michael Arroyo se convirtió en el villano del Atlante. Al minuto 74, el ecuatoriano tuvo la gran oportunidad de dar a los Potros el triunfo y la posibilidad de salir del sótano de la tabla de porcentajes, pero su falta de concentración le impidió rematar un balón a gol solo frente al portero, dejando a su equipo con un amargo sabor por el empate a cero goles ante el Puebla.
Mejor oportunidad no hubo en todo el encuentro, ni para uno ni para otro, pero en el caso del conjunto azulgrana representaba la oportunidad de sumar tres unidades en la lucha por el no descenso, tras las derrotas de Atlas y Veracruz. Y a final de cuentas todo quedó en un punto sumado, para quedar a cinco de distancia de los Rojinegros y a menor porcentaje del Tiburón.
Se trató de un partido cerrado, de poco futbol y de pocas llegadas a los marcos en la primera mitad, en la que faltó desequilibrio e imaginación. En los primeros minutos, Atlante era amo y señor del campo gracias a la modificación en su esquema, que pasó a ser de tres zagueros y dos carrileros, permitiéndole tener más jugadores en el medio campo, para mejor recuperación del balón y acompañamiento; sin embargo, carecía de claridad y en cambio, abrió una puerta al Puebla con el pelotazo largo, para llegar más rápido al marco de Patiño.
Puebla salió bien librado pese a no mostrar nada a la ofensiva ni ser un rival de peligro. La Franja intentaba hacerse del balón, pero no le fue fácil debido a la presión de los Potros que le impedía tener tiempo de pensar con claridad. Del problema se dio cuenta el auxiliar técnico poblano, Norberto Scoponi, quienes desde la banca lanzaba un concierto de silbidos a los jugadores, algunos en clave para anunciarles algún compañero desmarcado o cuándo era necesario hacer cambio de juego.
El partido fue cayendo en un concierto de toques precipitados e imprecisos, poco futbol y muchos pases sin sentido. Y lo único cierto fue que hasta el minuto 28 se realizó el primer disparo franco al marco, por parte de Arturo Muñoz, lejano y con poca potencia. Del otro lado, correspondió a Alustiza, con un disparo lejano pero controlable, al minuto 35. Ya era necesario hacer alguna modificación y el inicio del segundo tiempo se prestó para que Atlante metiera a la cancha a Galmarini, quien reaparecía tras una operación de rodilla, y a Gael Acosta, quien de inmediato se hizo notar con un centro al área, que el Chino Muñoz por poco mete a gol.
Ni siquiera los cinco minutos que el árbitro sumó al encuentro sirvieron para que los equipos aprovecharan las oportunidades de ganar.