Después de que el alcalde electo de Puebla, José Antonio Gali Fayad, reveló que nombraría a mujeres en las áreas del Ayuntamiento que tienen a su cargo la recaudación, administración y aplicación de recursos públicos, y los primeros nombramientos que este lunes hizo a favor de María del Carmen Leyva Báthory como coordinadora general de Transparencia, y Guillermo Aréchiga Santamaría como secretario de Gobernación municipal, las especulaciones sobre el futuro gabinete municipal se han desbordado.
Uno de los nombres mejor guardados por Gali Fayad y su equipo compacto es el de la tesorera municipal. A reserva de que el alcalde electo lo confirme en los próximos días, puedo adelantarle que en la terna que será presentada al Cabildo figurará el nombre de Arely Sánchez Negrete.
Arely Sánchez no es poblana, pero su marido sí. Actualmente se desempeña como jefa metropolitana del Servicio de Administración Tributaria (SAT) en el Distrito Federal, y antes estuvo como administradora local de Auditoría Fiscal en Irapuato, plaza en la que se distinguió como una de las mejores recaudadoras del país.
Como se sabe, el Cabildo tiene que aprobar los nombramientos de tesorero y secretario general, por lo que los de Arely Sánchez y Mario Riestra Piña, en uno y otro cargo, se harán oficiales hasta el día siguiente de la toma de posesión de Gali Fayad, prevista para el 15 de febrero.
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Aunque se ha dicho que Federico Bautista Alonso será designado secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, lo cierto es que son otros los nombres que están siendo analizados para ocupar esa cartera, y que también se valora la posibilidad de reorganizar esa dependencia, junto con la de Medio Ambiente y Servicios Públicos.
Según esta versión, de fuente confiable, la primera secretaría sería de Obras y Servicios Públicos y la segunda de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente.
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Con la ayuda de su compañero de curul, Gerardo Xavier Hernández Tapia, secretario de Migrantes del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, el diputado federal José Luis Márquez Martínez anda buscando una reunión con su dirigente nacional César Camacho Quiroz, para hacerle saber su intención de encabezar el Comité Directivo Estatal, en sustitución de Pablo Fernández del Campo Espinosa.
El problema de Márquez Martínez es que su perfil no encaja con el tipo de dirigente que César Camacho quiere para Puebla en el futuro inmediato: un cuadro independiente y lo más distante posible del gobernador Rafael Moreno Valle, al que intentarán derrotar en las elecciones federales de 2015.
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Otra poblana que tampoco ha tenido suerte para ser recibida por el dirigente nacional priísta César Camacho es la senadora Blanca Alcalá Ruiz.
Los enterados aseguran que desde aquella sesión en la que a Blanca Alcalá se le encomendó fijar la posición del PRI con motivo del primer informe de Enrique Peña Nieto, y ésta hizo muy poco para defender al presidente de la República de las críticas y ataques de la oposición, sus bonos han ido a la baja.
