Es realidad y él lo sabe, el fondo físico que hoy tiene Lalo Rivera no le es suficiente para posicionarse en la zona de triunfo por la gubernatura de Puebla. El piso en votos del PAN y su victoria reciente, sólo le garantiza un sitio en el carril de competencia aunque de ninguna manera como favorito.
Lograr el control del partido, como pretende, sería estupendo para sus propósitos, pero no determinante. A diferencia de Rafael puede tenerlo, en la persona de una mujer o varón, pero sin las complicidades del difunto en los cacicazgos, alcaldías, diputaciones y en el resto de los partidos no le arrojará la misma utilidad.
Y si a eso le añade los enconos propiciados por Genoveva, más las secuelas que dejará la lucha por la dirigencia estatal, es previsible que tendrá después de la refriega un PAN traumatizado y resentido cuya terapia de cura necesitará tiempo.
A estas alturas Lalo ya bajó la palanca de la caja registradora y entiende que debe ir por un millón 200 mil potenciales votos de aquí a entonces para no ser presa del fracaso. Tiene 300 mil, ya se sabe, pero son insuficientes a todas luces. Está a contra reloj. Y su realidad, es compleja.
Los conocedores del voto duro panista, alertan además de un peligro latente de aquí al 2024. Y no es poca cosa. Si insisten en asociarle con Barbosa, la militancia se sentirá traicionada y difícilmente comprometerá el voto a la trascendencia sexenal del actual mandatario en la persona de un abanderado del PAN.
Y en ese segmento debe considerarse a su voto duro universitario, empresarial, religioso, radical, yunquista, clase mediero y tradicional. Podrá ir sumando en la medida que se aleje del mandatario, pero le restará a su proyecto si le asocian al morenista.
Esa es su necesidad. Un millón 200 mil votos considerando que fue la cantidad suficiente para que Martha Erika derrotara a Barbosa en 2018. Y presupuestando, a la vez, que a Barbosa no le alcanzó poco más de un millón de votos para ser gobernador en esa elección concurrente presidencial que será la misma con la que habrá de lidiar en el 2024.
Cierto es que Lalo Rivera arrasó a Claudia Rivera con esos 300 mil votos, pero la realidad cruda es que el PAN que le postulará en tres años perdió 37 mil votos en esta elección del 2021, y si se le compara con el PAN de 2018 su partido ha diluido 700 mil sufragios.
Los 300 mil votos seguirán siendo suyos, es cierto, en la medida que en el 2024 vayan juntos de nuevo PRI, PAN, PRD y PSI. Si no repiten la alianza, la situación se le complica frente a un Morena que de saque rondará los 550 mil sufragios constantes y sonantes para ofrendarlos al que resulte su candidato al gobierno, más toda la maquinaria, los programas sociales y operación federal.
El optimismo debe alimentar a Lalo y sus compañeros de proyecto, y jamás rendirse, pero la realidad es tremenda, aun haciendo el mejor de los desempeños en la capital, si no logra permear en el interior del estado y sumar a su causa los cacicazgos regionales y cuando menos al PRI, estará condenado a la derrota.
Lo que Diógenes dice, su lámpara ilumina
*Habitantes de las comunidades poblanas de Santiago Miahuatlán y San José Miahuatlán, se han trasladado a los municipios de Oaxaca, Santa María Tecomavaca e Ixcatlán, para recibir la vacuna contra el Covid-19 que su estado les ha negado. Y por fortuna sí les están vacunando… **El 7 de agosto, dos viejos conocidos Alejandro Armenta y Gabriel Biestro, coincidieron en gira por Huauchinango, al primero le organizó el evento y le pagó la cuenta el presidente Gustavo Vargas en el restaurante Campo Nuevo. Y el segundo, se lo organizó él mismo, para sí mismo, con morenistas de la sierra norte… ***En ese municipio le han visto en múltiples sesiones de trabajo al presidente electo de Nueva Alianza Rogelio López Angulo y a Erik Cotoñeto Carmona… ***El alto número de contagios y defunciones por Covid en los municipios de Coxcatlán y Vicente Guerrero obligó a sus cabildos a suspender las celebraciones de las ferias patronales, jaripeos, peleas de gallos y kermeses.