En 2011 regresó como alcalde y estando en funciones, el Congreso del estado aprueba que sea destituido como edil y es inhabilitado por 11 años del servicio
público, además de que se le exigía una restitución de alrededor de 14 millones de pesos del erario.
Echando mano de una serie de trampas legales, como fue que el secretario del ayuntamiento “perdió” la notificación de la destitución y la inhabilitación, logró sortear su segundo mandato, en el cual curiosamente si le aprobaron sus cuentas públicas.
Se supo que logró transitar su mandato como alcalde, que le aprobaran sus cuentas públicas y sobre todo, que no le aplicaran las sanciones del Congreso en su contra porque cambió de protector, dejó de ser mentor el priista Mario Marín Torres y apareció Eukid Castañón Herrera, el hombre duro y encargado de los asuntos espinosos del morenovallismo, quien actualmente está a punto de cumplir su segundo año de prisión.
En 2018, regresó Loeza por tercera vez al control del ayuntamiento de Tlatlauquitepec, mediante las relaciones que tejió por igual con el PAN y con Morena.
Se dice que por los “favores” que le hizo en su momento Eukid Castañón Herrera, desde el morenovallismo lo condicionaron que lo dejarían regresar como alcalde pero si hacía ganar a la panista Martha Erika Alonso Hidalgo en buena parte de la Sierra Norte del estado.
Y efectivamente, la entonces candidata del PAN a la gubernatura del estado tuvo en Tlatlauquitepec uno de los resultados más atípicos, pues hubo una votación copiosa para Martha Erika Alonso y unos cuantos sufragios para Morena.
Loeza ganó su tercera alcaldía bajo las siglas del Partido Social de Integración, que jugó del lado del morenovallismo en 2018, pero también consiguió un nuevo mandato por un arreglo con Morena.
Se dice que en esa época, el controvertido político entabló acuerdos con el entonces presidente estatal de Morena, Gabriel Biestro Medinilla, a quien convenció de poner como candidato morenista a edil a Clemente Ramírez Leal, un testaferro de Loeza que se dejó fácilmente derrotar.
Ahora, Loeza utilizó las artes de Pablo Salazar, consejero nacional de Morena, para convertirse en miembro de la 4T y que en este movimiento nadie se fije en su oprobioso pasado.