Lamentablemente, hoy las mujeres en México tienen muy poco que celebrar en este Día Internacional de la Mujer.
Pese haber sido el grupo que más votos le aportó en el 2018 al hoy presidente, Andrés Manuel López Obrador, con la esperanza de que su llegada al poder, fuera la clave para lograr la tan ansiada paridad de género.
Durante los años de la administración del tabasqueño, las personas del sexo femenino viven un retroceso en las conquistas que habían logrado, pero principalmente, viven la indiferencia de un gobierno, que “ni las ve, ni las oye”, parafraseando a Salinas.
Y no se trata de cuotas, para hablar de paridad, se trata de respeto a las personas y la capacidad del ser humano, más allá del género, el cual muchas veces, solo se utiliza como un escudo o una especie de defensa, aunque a muchas mujeres no les guste que se diga esto.
En el 2018, las mujeres fueron el grupo que más participó en la votación con el 62.3 por ciento de las inscritas en el padrón electoral de ese año, de acuerdo al estudio realizado por la Comisión de Organización del INE, luego de la elección de ese año.
De este, 62.3 por ciento de mujeres que salieron a votar el 58 por ciento lo hizo a favor, el candidato de la coalición “Juntos Haremos Historia”, Andrés Manuel López Obrador, con la finalidad de frenar la creciente violencia, en contra del género femenino, pero no ha sido así.
El presidente López ha demostrado ser un personaje “machista”, ajeno a las demandas de la mujer e insensible a sus necesidades y para muestra dos botones; el primero, el “blindaje” con el cual rodeo Palacio Nacional, para evitar este día las manifestaciones en su contra y por otra parte, la defensa a ultranza que ha realizado de manera innecesaria, del impresentable de Félix Salgado Macedonio, acusado por tres mujeres de haberlas violado y candidato de Morena a la gubernatura de Guerrero.
Pero estos dos aspectos, son solo algo de lo más significativo de una administración, que claramente gobierna como en los años setentas del siglo pasado.
López Obrador dio marcha atrás en el sistema de guarderías establecidas por el ex presidente Peña, las llamadas estancias infantiles que en mucho ayudaban a las mujeres que, por necesidad, tenían que salir a trabajar para llevar el sustento a sus casas.
El presidente López aseguró que había corrupción en el manejo de esos programas y fiel a su costumbre en vez de corregir las cosas, decidió cerrar el programa y así solucionó el problema. Genial.
Pero no solo es eso, la violencia en contra de la mujer también se ha incrementado durante la administración del presidente López y por supuesto, mucho de esto tiene que ver con la pandemia y el confinamiento, pero también, por la falta de políticas públicas en apoyo al sexo femenino.
El grado más alto de violencia en contra de la mujer, el feminicidio, se ha incrementado también, ante la indiferencia de la sociedad, la cual ya se acostumbró a la muerte, la cual nos rodea a cada momento ante tanta violencia y también por las víctimas del covid.
Los programas enfocados a las mujeres víctimas de la violencia y los albergues que existían para quienes sufrieran esta situación pudieran encontrar refugio, se cancelaron, no hay trabajo por parte del DIF nacional, ni del Instituto para la Mujer, entidades olvidadas por un gobierno lopezobradorista, indiferente a estos temas. Al presidente López solo le interesa hacer “politiquería” en sus mañaneras.
De acuerdo a cifras oficiales en el 2019 más de mil mujeres fueron víctimas de feminicidio y digo en números oficiales porque las autoridades, muchas veces aún se niegan a calificar de esta forma la muerte de las personas de sexo femenino a manos de un hombre.
En 2020, la cifra fue todavía mayor en el país y de acuerdo a diversas fuentes, ascendió a las mil 300 víctimas, reitero otra vez, en cifras oficiales.
Por si fuera poco, las mujeres que eran apoyadas en su lucha contra el cáncer de mama y contra el cervicouterino, hoy se encuentran literalmente en el abandono, sin apoyo para sus estudios y mucho menos para sus tratamientos contra este mal.
Las mujeres de México se encuentran en el olvido y en el abandonó y eso que paradójicamente, cada vez más puestos de elección popular y de dirección, están encabezados, por personas del sexo femenino. Vaya ironía.