Es una pena que las primeras planas de los diarios impresos, digitales, televisivos y radiofónicos en Puebla lleven como sus ocho columnas la guerra de acusaciones relacionada con el patrimonio de los candidatos al gobierno del estado.
Es una lástima que gastemos tiempo, dinero y esfuerzo en escuchar y promover la guerra sucia, la denostación, el chisme y la palabrería en lugar de las ideas, las propuestas y las soluciones a los problemas de los poblanos.
Dan tristeza y coraje esas denuncias e imputaciones públicas hechas entre uno y otro abanderado.
Pena les debería dar enfrascarse en una discusión en la que las preguntas y respuestas son: cuánto tienes tú, cuánto tengo yo o quién tiene más.
Lo único bueno de la guerra sucia es que esta muestra la verdadera esencia de lo que son, y de quiénes son nuestros candidatos con mayores posibilidades de triunfo en los comicios que están por venir.
Y mire que ninguno de los tres se salva.
Porque lo único que evidencia la guerra de lodo y los golpes bajos son los lujos, los millones y la vida de ricos en que viven los políticos que actualmente contienden por la gubernatura de Puebla.
A Luis Miguel Barbosa Huerta, candidato de Morena y de la alianza “Juntos Haremos Historia”, lo acusan de contar con una casa valuada en más de 20 millones de pesos, una antigua vivienda propiedad del ex presidente Miguel de la Madrid Hurtado, ubicada en cerrada Francisco Sosa #43, del Fraccionamiento Texotitla, Delegación Coyoacán en la
Ciudad de México, de haber hecho viajes internacionales millonarios y de poseer cualquier cantidad de dinero, de lujos y propiedades.
Mientras que a Martha Erika Alonso Hidalgo se le acusa de ser propietaria de 122 hectáreas en San José Chiapa, municipio donde está instalada la planta automotriz Audi, y de haberse beneficiado de la nueva plusvalía de los terrenos.
Y en el tercero de los casos, el de Enrique Doger Guerrero, candidato del PRI, a él, según Barbosa, le llegaron al precio y ya pactó con el ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas la próxima elección y el golpeteo a su persona.
Barbosa anunció ayer que precisamente hoy revelará la vida y fortuna del “sultán”, en referencia a Doger, a quien va a evidenciar, dijo, junto con la candidata panista, pues de acuerdo a sus aseveraciones sus rivales del PRI y del PAN son millonarios pero lo esconden.
¿No será que los tres están metidos en el mismo problema?
Es decir, que los tres cojean del mismo pie.
Que los tres candidatos tienen su dinerito, sus negocios, sus inversiones, sus propiedades y sus excesos gracias a la polaca.
A pesar de ello, ciertas o falsas las acusaciones, tampoco es un pecado hacer negocios y ser un próspero empresario, más bien lo que no se vale es no declararlo, no hacerlo público, no transparentar los ingresos y decir mentiras para esconderlo.
Debería ser un orgullo el tener un patrimonio importante y presumirlo siempre y cuando este sea fruto del trabajo, del esfuerzo y de la astucia e inteligencia para haberlo ganado.
Empero, los políticos siempre dejan mucho a la imaginación y a la especulación debido a que por algo no declaran todo lo que tienen.
Bien dicen el viejo y conocido refrán: “no hagas cosa buenas que parezcan malas”.
Y en eso precisamente incurren nuestros candidatos, quienes al verse evidenciados y descubiertos sobre su patrimonio y propiedades responden con descalificaciones de todo tipo con tal de esconderlo o de evitar explicarlo.
Es el caso del candidato de Morena, quien en lugar de aclarar las cosas se enoja y responde con más encono, rabia y acusaciones.
Los candidatos al gobierno están enfrascados en una disputa de declaraciones, la cual lo único que provoca es el hartazgo social y el hecho de que los ciudadanos no quieran votar.
Ojalá que modifiquen su estrategia porque de lo contrario les puede pesar.
Tanto Martha Erika, Barbosa y Doger deben centrarse y enfocarse en proponer, en construir soluciones a los problemas del estado y del ciudadano de a pie, no así a destruir y a perder el tiempo en descalificaciones que en nada abonan al voto.
Es en ese sentido en el que deben mostrar su madurez política, su colmillo, sus ganas de gobernar Puebla, su inteligencia y toda la experiencia que tienen como políticos profesionales.
Ya es justo que Puebla tenga unas campañas inteligentes, de altura de miras.
¿O me equivoco?
En twitter: @poncharelazo