En un vil cochinero está convertido el proceso de renovación de la dirigencia municipal del PRI por la poca sensibilidad político-partidista del dirigente estatal del tricolor, Juan Carlos Lastirti Quirós.
El mecanismo que se lleva a cabo para definir al sucesor del ducho abogado Carlos Meza Viveros, uno de los protagonistas más activos del PRI poblano, no tiene ni pies, ni cabeza y ya se le salió de las manos a Lastiri.
Me cuentan que por esta causa Lastiri ha tenido algunos roses con el propio Carlos Meza y con la mayoría de los aspirantes a la dirigencia del PRI en la capital poblana.
Y es que se sabe que el líder priista en Puebla tiene la orden de convertir -por automático- a Juan de Dios Bravo Jiménez en el sucesor de Carlos Meza, quien le ha exigido a Lastiri que no se entrometa, saque las manos negras del proceso y evite la tendencia a favor del marinista-zavalista y ex funcionario de la Comuna poblana.
Y argumentos para impedir y justificar que es inaudito el arribo del ex secretario de gobernación municipal sobran.
El más fuerte, tal vez, sea que Juan de Dios Bravo tiene marcada una Z en la frente. Además que es un ferviente vasallo del ex gobernador del estado, Mario Marín Torres, quien, aseguran, despacha y hace política desde sui notaría a favor del mismo Juan de Dios.
A decir de algunos de los aspirantes a la dirigencia municipal de PRI, Lastiri ya tiene todo planchado para que Juan de Dios Bravo releve al abogado Carlos Meza, quien ha estado pujando para que el proceso tricolor sea un evento limpio, transparente y equitativo, que de pie a un verdadero cambio en su partido.
Meza, incluso, ya advirtió que su sucesor deberá salir del consenso y no de una línea marcada por la dirigencia estatal de su partido, toda vez que de lo contrario el PRI no saldrá del bache en donde está metido.
Es por ello que Meza, también colaborador de esta casa editorial por cierto, pactó el acuerdo con Lastiri a fin de garantizar que la renovación de su comité sea totalmente democrática.
Sin embargo, y a pesar de que la mayoría de los aspirantes a la dirigencia firmaron un documento en el que se comprometieron a conducirse con respeto en todo el proceso de renovación de la dirigencia municipal, existen algunos que ya están a apunto de reventar y armar un escándalo en Puebla y en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI para echar abajo cualquier intentona de Lastiri y el marinismo.
Y es que el dilema de Lastiri es muy grave, toda vez que su tendencia a favor de Juan de Dios Bravo y algunos otros ya es muy evidente.
Sobre todo porque dicen que mientras negocia con unos, a otros los grilla y patea por debajo de la mesa. Es por ello que algunos de los aspirantes como Pablo Fernández del Campo, Iván Galindo, Blanca Jiménez, Jorge Morales Alducin, Carlos Talavera, Miguel Ángel Ceballos, Francisco Ramos Montaño, Ambrosio Cantú, Claudia Hernández Medina, José Rocha, Silvia Tanús, entre otros se han quejado poco o mucho del actuar del presidente de su partido.
Mis fuentes en el PRI poblano me aseguran que de seguir el favoritismo de Lastiri en el proceso de renovación de la dirigencia municipal, la próxima semana habrá noticias sobre una revuelta interna tricolor.
Y dicen que bajo advertencia no hay engaño, toda vez que por eso algunos priistas como Pablo Fernández del Campo ya proponen que el CEN de su partido, y no Lastiri, sea el que defina al nuevo dirigente de la capital poblana.
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