La activista, Olimpia Coral Melo, destacó que, aunque se han logrado avances en la protección de las mujeres en Puebla, aún queda un largo camino por recorrer en la creación de políticas públicas, el fortalecimiento de la infraestructura y la erradicación de la revictimización en las agencias del Ministerio Público y en los juzgados, más allá de los gestos simbólicos como las “manitas” pintadas o los moños naranjas del 25 de cada mes.
Melo subrayó que es esencial que se dé voz a las víctimas y a las colectividades, permitiendo que, desde sus vivencias, se construyan leyes y protocolos enfocados en la protección real de las mujeres.
Uno de los principales avances, dijo, ha sido la creación y funcionamiento de la Unidad de Atención Inmediata a las Mujeres (UDAIM), que ofrece una atención directa a las víctimas. Esta unidad fue clave en su propia experiencia cuando fue atacada por un grupo de hombres en una gasolinera de Huehuetla, municipio al que acudió para participar en un foro.
En entrevista, la activista destacó que es crucial avanzar en la no revictimización de las mujeres en las agencias del Ministerio Público, además de la implementación de un protocolo interinstitucional para garantizar que los casos de violencia digital no sean tratados erróneamente por las autoridades. “En el caso de la Ley Olimpia, que aún genera confusión sobre si es un delito digital o digital sexual, es necesario reestructurarla para evitar que las víctimas pasen de Fiscalía en Fiscalía o de Unidad en Unidad“, comentó.
Olimpia Coral también expresó que, durante las reuniones que ha sostenido con el gobernador Alejandro Armenta, le han solicitado un protocolo interinstitucional específico para la atención de mujeres violentadas, así como una asignación de recursos para la capacitación de todos los actores involucrados en la protección de las mujeres.
Por otro lado, enfatizó que la solución al problema de la violencia de género no debe basarse solo en una tendencia legislativa, sino en un enfoque integral que reconozca que este es un problema estructural. “La violencia hacia las mujeres no desaparecerá si no se reconoce que los municipios son el epicentro de muchos de estos casos”, afirmó.
La responsabilidad, añadió, debe ser compartida entre los presidentes municipales y los cuerpos operativos de seguridad pública. “No podemos conformarnos con los gestos simbólicos como las manitas pintadas o los listones morados cada 25 de noviembre”, dijo.
Finalmente, Melo concluyó que la clave para avanzar es evitar la revictimización, acompañar de manera real a las víctimas y seguir desarrollando políticas públicas e infraestructura que apoyen a las mujeres. Lo más importante, afirmó, es garantizar que las mujeres participen activamente en la creación de estas políticas: “Nada para nosotras sin nosotras“.