Entre flores y lágrimas, diputados locales y el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina rindieron homenaje póstumo a la legisladora Aurora Sierra Rodríguez, que falleció el 9 de agosto.
Este jueves, el Congreso de Puebla rindió un homenaje de cuerpo presente a la legisladora que impulsó la Ley Vicaria y la Ley Ácida.
Foto: Arlette Gordian / esimagen.mx
Destacó la presencia de la familia de Aurora Sierra, del gobernador Sergio Salomón Céspedes, de legisladores federales y locales del PAN como Genoveva Huerta Villegas, Humberto Aguilar Coronado, Ana Teresa Aranda Orozco, Carolina Beauregard Martínez, Guadalupe Leal Rodríguez y Eduardo Alcántara Montiel, así como el alcalde de Puebla, Eduardo Rivera Pérez y la dirigente estatal panista Augusta Díaz de Rivera Hernández.
Durante la ceremonia, el gobernador, el presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política (Jugocopo) del Congreso de Puebla, Eduardo Castillo López; la presidenta del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Margarita Gayosso Ponce, así como diputadas y diputados de la LXI Legislatura guardaron un minuto de silencio en memoria de la diputada local fallecida.
En su discurso, Castillo López señaló que Aurora Sierra fue una gran compañera, amiga, servidora pública e incansable luchadora por los derechos de las mujeres, que sin duda, deja una huella imborrable en la LXI Legislatura y en la historia de Puebla.
El diputado de Morena destacó que, la defensa y protección de los derechos de las mujeres, fueron el estandarte de la legisladora; además, hizo patente su compromiso con la igualdad de género.
“Nos conocimos hace más de 15 años, compartimos muchas vivencias de trabajo, de política, siempre fue una extraordinaria amiga, aliada y legisladora. Su partida nos deja un gran vacío, pero su legado permanecerá vivo en nuestra memoria”, enfatizó.
Aurora Sierra impulsó diversas iniciativas como la Ley Vicaria para castigar con dos años y medio y hasta 10 años con ocho meses de prisión a la persona responsable de todo acto u omisión intencional, con el fin de causar daño a la víctima a través del perjuicio, maltrato, descuido y/o manipulación de las hijas e hijos.
También impulsó la Ley Ácida para castigar los ataques con ácido con penas que van de 26 a 40 años de prisión en la entidad.