La expresidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, solicitó una audiencia ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) como parte del juicio que promovió para defenderse de la sanción por violencia política de género contra Yasmín Flores Hernández.
“Yo la solicité, por la vía electoral hay un recurso que es la de alegatos, una audiencia que tienes de cara con los magistrados y magistradas de la Sala Regional y bueno ya la tuve”, dijo Claudia Rivera en entrevista.
La semana pasada la exalcaldesa emanada de Morena acudió a audiencia de pruebas y alegatos ante los magistrados de la Sala Regional Ciudad de México del TEPJF, en donde promovió un juicio ciudadano para impugnar la sentencia del Tribunal Electoral del Estado de Puebla (TEEP).
Y es que el pasado 27 de enero, el TEEP ordenó incluir a Claudia Rivera en los registros nacional y local de personas sancionadas por violencia política de género, donde permanecería por un periodo de cuatro años y cuatro meses y estaría impedida de participar en la contienda electoral de 2024.
Esto, al determinar que ejerció violencia simbólica, psicológica, política, económica y de género contra la excoordinadora ejecutiva de Consejería Jurídica y excoordinadora ejecutiva de proyectos estratégicos del municipio de Puebla, Yasmín Flores.
Claudia Rivera se defiende ante el TEPJF
Días después, Claudia Rivera impugnó el fallo ante la Sala Regional Ciudad de México, donde ya tuvo una audiencia de pruebas y alegatos.
El objetivo fue exponer elementos y el contexto de cómo ocurrieron los hechos, que no necesariamente contiene la impugnación que presentó.
“Se entregan las pruebas de que no existe tal falta y en la prueba de alegatos lo que pongo en contexto es la situación y algunos de los efectos que estamos viviendo y es una violencia sistemática contra las mujeres”, refirió.
Para Rivera Vivanco, la sentencia del TEEP es errónea y aunque esta fue impugnada, tuvo que emitir la disculpa pública a favor de Yasmín Flores.
Consideró que esta práctica es un abuso y un exceso de la autoridad electoral hacia diversos perfiles de Morena que representan un relevo generacional, como ella, Claudia Sheinbaum Pardo o Mario Delgado Carrillo.