Alfonso González/Posdata
A pesar de que en Puebla recientemente se aprobaron leyes para frenar la violencia contra las mujeres, y para armonizar la ley federal y estatal a fin de evitar más agresiones en agravio del género femenino, existen diputados que se pasan estas normas por el arco del triunfo.
Legisladores que son “farol de la calle y oscuridad de su casa”; quienes se dan golpes de pecho pero en la realidad son los primeros que se encargan de abusar de la mujer y de humillarla cada que se les antoja.
Caso concreto, el del flamante diputado local, ex dirigente del Partido Verde Ecologista de México en Puebla (PVEM), Juan Carlos Natale López, mejor conocido como “el mirrey del tucán”.
Personaje de la política aldeana que hace y deshace en Puebla a sus anchas amparado por su fuero, por el poder que le da, según él, ser una figura pública y política de las más famosas en el estado.
Así es Natale, quien presume de millones, de negocios, de influencia, de poder, de una estirpe de oro y de sangre azul, a pesar de haber hecho “su fortuna” a costa de los “favores” hechos al priismo, al marinismo y a la clase política que saqueó Puebla.
Al hoy legislador, hay que decirlo, lo inventó el PRI y es un “engendro de la política poblana”, tal como afirma Ernesto Guerrero Aguilar, ex dirigente del Verde, quien lo acusó de haber amasado su fortuna gracias a los intereses oscuros de los grupos que lo han impulsado.
Porque el diputado poblano empezó a respirar en la política poblana debido a que en el sexenio marinista sirvió de parapeto para los intereses del PRI, del ex candidato priista al gobierno del estado, Javier López Zavala, y del entonces gobernador, Mario Marín Torres, el mentado “góber precioso”.
Fue entonces que en un enroque pactado y cocinado entre Manlio Fabio Beltrones, el malogrado dirigente nacional del PRI; Canek Vázquez Góngora, el brazo ejecutor del beltronismo; el Niño Verde, Jorge Emilio González Martínez; Zavala y Marín, Natale surgió de la nada.
El PRI y el marinismo lo inventaron.
Son los priistas, a quienes Natale les debe la vida, sus millones, su dichosa fortuna.
Juan Carlos apenas había alcanzado cargos de medio pelo en la administración pública, suplencias de todo tipo y uno que otro nombramiento, el cual le permitía entrar gratis al futbol.
Empero, en la víspera de 2010, cuando alistaban su ejército para competir en la elección para goabernador, en la que el marinismo dilapidó el futuro político de su partido, el PRI -pactado con el beltronismo- se apoderó del Verde en Puebla.
Y todo con la firme idea de derrocar a sus enemigos políticos fácilmente y obtener, de la misma forma, recursos públicos millonarios a través de la franquicia del tucán.
Sin embargo, a la postre, el PRI perdió Puebla y entregó el poder al gobernador, Rafael Moreno Valle Rosas, quien a la fecha sigue siendo su verdugo político-electoral.
A partir de su nombramiento como líder del Verde en Puebla, Natale empezó su fortuna.
Quien conoce a Natale conoce, también, su historia a la perfección, su trayectoria, su vida de pobre y ahora de nuevo rico, de mirrey.
Los escándalos y las traiciones
Las historias sobre el mirrey diputado del Verde en Puebla, Juan Carlos Natale, son muchas y muy variadas.
Todas, eso sí, tienen que ver con actos de soberbia, de prepotencia, de alcohol, de mujeres, de dinero, de escándalo y de abuso de poder.
En marzo del 2014 Juan Carlos Natale escandalizó en el Congreso del Estado debido a que se presentó a una sesión ordinaria completamente borracho, exigiendo tomar la palabra a pesar de su estado inconveniente y de que su aliento a uva fermentada ya había bañado el pleno.
Las imágenes de aquel bochornoso capítulo legislativo están en la memoria del respetable, de las redes, del ciberespacio, todo mundo las conoce.
Eso sí, la imagen, la insignia y la sangre de traidor y de abusivo, le recorre el cuerpo a Natale.
Y allí está el actual dirigente estatal del Partido Verde, Juan Pablo Kuri Carballo, quien es una de las víctimas de su antecesor porque ha tenido que batallar con su guerra sucia, con sus traiciones y sus grillas.
Los priistas también han sido traicionados por el flamante diputado; recientemente a su candidata Blanca Alcalá Ruiz, la dejó morir sola porque no movió un solo dedo para tratar de apoyarla en su búsqueda por la gubernatura de Puebla.
Natale, aseguran en su propio partido, se vende al mejor postor.
Y cómo no si predica la política dinosauria que aprendió en el PRI, con el marinismo.
Otra víctima de Natale fue el priista Fernando Morales Martínez, quien actualmente se desempeña como subsecretario del gobierno estatal.
En la elección federal de 2015, Natale sostuvo y grabó una conversación telefónica con Fernando Morales, quien ya operaba para el morenovallismo, la cual filtra a los medios y se hace pública.
En la conversación, el diputado del Verde se hace la víctima y le asegura a Fernando que no va a permitir que los ediles de su partido “me vengan con chaqueterías”, cuando evidentemente sabía que la llamada estaba siendo grabada para después, insisto, revelarla en los medios.
Su boda, su divorcio y su odio a las mujeres
El más reciente escándalo de Juan Carlos Natale tiene que ver con su vida personal y con su repudio al sexo femenino.
Porque lo mismo es intolerante ante quien lo critica que ante las mujeres, ante los medios y ante los periodistas.
La siguiente historia es desgarradora para su protagonista, su aún esposa Estefanía Estrada Carvajal, con quien contrajo matrimonio el pasado 21 de marzo de 2015, y quien vivió un infierno sometida al alcoholismo de Juan Carlos Natale, durante un año y 18 días.
El caso es que la supuesta “feliz pareja” que contrajo matrimonio y que echó la casa por la ventana en su boda de ensueño (valuada en 3 millones de pesos) hoy está enfrentada legalmente.
Los motivos son muchos, particularmente los golpes, las borracheras y parrandas, así como la violencia física y psicológica en agravio de Estefanía, quien no aguantó más las agresiones y decidió romper el silencio y denunciar públicamente a Natale.
La gota que derramó el vaso del matrimonio se dio cuando el diputado local, quien está obligado a defender los intereses de los ciudadanos, a defender a la mujer y al medio ambiente, echó de su casa a Estefanía, de noche y sin siquiera una muda de ropa.
El diputado, según la versión de la agraviada, la amenazó si hacía pública su separación y perjudicaba su imagen como diputado.
La corrió de su casa y le advirtió que se quedaría con la propiedad en la que vivían, con el menaje, con el anillo de compromiso y de boda que le regaló, y con todo lo que le había dado como su esposa.
El abusivo legislador, por supuesto, cumplió su promesa e incluso ordenó que le impidieran el paso a Estefanía a su domicilio, ubicado en el Fraccionamiento La Vista Country Club, con número 300-701.
Y lo peor no fue eso.
Lo más grave fue que Natale le advirtió que se tenían que divorciar -costara lo que costara- porque ya tenía alguien que ocupaba su lugar.
Otra mujer que le daba noches de placer en su propia casa.
Así de cruel el cinismo del diputado del Verde para con su esposa.
Juan Carlos Natale, entonces, promovió un juicio de divorcio incausado en contra de Estefanía Estrada, su actual esposa, con número 1386/16, y pretende despojarla de todo bien que le entregó y regaló durante el matrimonio.
Además, a través de las influencias que dice tener en el Poder Judicial del estado intenta apresurar el juicio de divorcio manifestando que ambos decidieron, en común acuerdo, concretar la separación.
Sin embargo, Natale presionó y amenazó a Estefanía con “hundirla” si no firmaba voluntariamente el divorcio que promovió, y sobre el cual ya sostuvieron una primera audiencia.
Por cierto, aquel encuentro ejecutado el pasado viernes 19 de agosto entre Natale y Estefanía se dio en los juzgados de San Pedro Cholula, donde el diputado ordenó cerrar todos los accesos públicos y colocar policías en las entradas y salidas del lugar dizque para evitar que los medios estuvieran de chismosos y amarillistas afectando su imagen.
La historia no tiene pierde y va a sacar chispas.
Apenas empieza.
Estefanía, afortunadamente, tiene en su poder pruebas de las farras, de los negocios -blancos y negros-, de los gastos y los excesos de Natale.
Aún hay mucho que contar y que decir del diputado golpeador y abusador de las mujeres.
Ya lo leerán.
En Twitter: @poncharelazo