Alfonso González
Aunque aún no está confirmada su visita a Puebla, el candidato a la presidencia nacional del PAN, Ricardo Anaya Cortés, podría pisar tierras poblanas el próximo fin de semana -domingo- para encabezar un mitin en la capital del estado.
Y es que se dice que el candidato panista, quien estuvo ayer en Veracruz, está a todo lo que da para poder lograr su objetivo de ser el sucesor de Gustavo Madero Muñoz, actual dirigente nacional de Acción Nacional.
De hacerse efectiva la versión de la visita de Ricardo Anaya a Puebla, sus seguidores panistas ya están listos y bien preparados para poder organizar la fiesta panista a su gallo y mostrar el músculo que tiene en Puebla.
De sobra está decir que el grupo panistas-morenovallista encabeza la cargada azul en favor del ex diputado federal, quien al parecer cuenta con la mayoría de las canicas para hacerse sin problema de la dirigencia nacional del PAN.
Los seguidores de Anaya, además, tienen la orden de avasallar a los contados compinches de Javier Corral en la elección interna panista del próximo 16 de agosto.
El objetivo del morenovallismo es lograr al menos 22 mil votos (el número de nuevas afiliaciones en Puebla) para Anaya en los comicios azules que se aproximan, por lo que se trabaja y opera marchas forzadas para lograrlo.
En la operación, se dice, están metidos los mejores cuadros del morenovallismo, quienes tienen la obligación de mostrarse desde sus trincheras para beneficio del proyecto Anaya-Moreno Valle, de cara al 2018.
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Que a partir de los señalamientos que prácticamente ponen a Manlio Fabio Beltrones con un pie en la presidencia nacional del PRI, en sustitución de César Camacho Quiroz, las felicitaciones y solicitudes de audiencia le llueven del cielo al legislador federal.
Se dice que en particular los priistas poblanos son los más congraciados con la llegada de Manlio Fabio a la dirigencia nacional de su partido, por lo que ya buscaron desde antier un acercamiento con su próximo líder.
Y aunque se presume de la supuesta mano beltronista para sesgar la balanza priista de cara al 2016, lo cierto es que se dice que el candidato del PRI a la minigubernatura saldrá de un consenso entre las distintas fuerzas priistas.
Por lo pronto, se dice que no hay beneficios ni trato especial para nadie.
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Que el perredismo en Puebla está fragmentado, peleado, dividido y casi hecho trizas, lo que mete en un brete al gobernadorRafael Moreno Valle Rosas, quien no halla cómo levantar al partido del sol azteca para poder concretar la alianza que le garantice un triunfo en las elecciones del 2016.
Se dice que las dos corrientes mayoritarias y más poderosas en el partido del sol azteca tampoco se pueden ver, toda vez que sus líderes están disgustados y siguen caminos diferentes.
Por una parte, Socorro Quezada Tiempo, actual dirigente estatal del PRD, junto con Eric Cotoñeto Carmona, líder del Frente de Izquierda Progresista (FIP), están metidos hasta las cachas en el proyecto 2018 del poderoso presidente del SenadoLuis Miguel Barbosa Huerta.
Ambos realizan giras, eventos y actos discretos con la estructura local perredista barbosista, a la que tienen bien amarrada y controlada para los próximos eventos electorales como el 2016.
No hay otro evento en la agenda de ambos líderes perredistas que no sea el proyecto sexenal barbosista con miras al proceso electoral con el que se deberá renovar la gubernatura.
Lo demás, para ellos, no importa.
En tanto, el otro frente, el de “Los Chuchos” y la Nueva Izquierda (NI), está metido en las gestiones y operaciones del proceso electoral del 2016, el de la minigubernatura.
Para Carlos Martínez Amador y Luis Maldonado Venegas, la prioridad es construir y concretar una alianza PAN-PRD para poder intentar repetir la megacoalición que llevó al gobernador Rafael Moreno Valle a Casa Puebla en el 2010.
Entre el FIP y la NI no hay una buena relación, por supuesto, toda vez que unos acusan a otros de soberbios, ventajosos y altaneros.
Así se llevan los perredistas poblanos.
Adivine, usted, quién es el único perjudicado.
En twitter: @poncharelazo
