Alfonso González
Guerra sucia, golpes bajos, denuncias -legales y mediáticas-, pero sobre todo un cúmulo de incongruencias por parte de los distintos partidos y sus actores, ha sido la característica de las campañas del proceso electoral federal 2015, el cual culmina el próximo 7 de junio con la jornada de votaciones para renovar la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
Y es que a unos cuantos días de que el periodo legal de campañas concluya, los partidos y sus candidatos siguen metidos en la ofensiva de declaraciones y acusaciones más que en dar a conocer las propuestas que ofrecen a los electores y los beneficios que pudieran acarrear para los distritos por los que compiten.
Por algo Puebla es el estado con más denuncias interpuestas ante las autoridades federales en esta elección intermedia, toda vez que acumula nada más y nada menos que 110 de las 620 totales que se han presentado a nivel nacional.
De acuerdo con información del propio Instituto Nacional Electoral (INE) las denuncias tramitadas por los poblanos, por alguna anomalía presentada en las campañas, representan el 18 por ciento del total de procedimientos especiales sancionadores registrados en todo el país.
Sin embargo, llama la atención que además de la tradicional guerra sucia que siempre aparece en las campañas, en este proceso algunos de los líderes y/o representantes de los partidos políticos han evidenciado su grave incongruencia como actores políticos del estado.
Ni las figuras nacionales se salvan de la crítica por los distintos absurdos que han escupido muy quitados de la pena en esta elección federal.
Allí está el caso de Carlos Navarrete Ruiz, presidente nacional del PRD, quien visitó Puebla para encabezar el acto de cierre de campaña de su partido y sus candidatos, y quien fue víctima de la incongruencia.
El líder del sol azteca, por cierto, ya anunció que su partido irá en coalición con el PAN -en 2016- en la elección para renovar la gubernatura del estado.
El caso es que el perredista aseguró que las campañas de sus candidatos y de su partido en Puebla han sido exitosas cuando todo mundo sabe que el PRD poblano está dividido y sufre de una guerra interna que tendrá sus consecuencias en los comicios que se avecinan.
Su ejecutor se llama Morena.
La lucha interna perredista es tan grave que Socorro Quezada Tiempo, dirigente estatal, y Erick Cotoñeto Carmona, líder del Frente de Izquierda Progresista (FIP), corriente propiedad del Senador Luis Miguel Barbosa Huerta, parece que otra vez están distanciados.
Otro incongruente que no tiene perdón de Dios es el presidente municipal de San Pedro Cholula José Juan Espinosa Torres, quien se empeña en advertir una supuesta elección de Estado cuando él es autoridad gracias a su entonces aliado el PAN y el gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, su ahora enemigo por conveniencia.
Hoy, el edil, por cuestiones políticas, económicas y electorales asume su incongruencia tratando de denostar a quien lo puso en donde está.
Y lo peor, ¿por qué en procesos electorales pasados el edil cholulteca calló y solapó esas supuestas anomalías que tanto pregona?
A ver si la lucha que José Juan emprendió contra el gobierno del estado no le sale muy cara.
Una incongruencia más es la de los priistas poblanos, dirigentes y candidatos, quienes criticaron y reprobaron la desastrosa gestión del ex gobernador Mario Marín Torres y a pesar de ello lo mantienen como símbolo de sus campañas, tanto en la capital como en el interior del estado.
Y es que el mentado “góber precioso” está apadrinando las campañas de Óscar Aguilar (Distrito 4 de Zacapoaxtla), Nancy de la Sierra (Distrito 3 de Teziutlán), de Xitlalic Ceja (Distrito 6 de Puebla), de Víctor Manuel Giorgana (Distrito 12 de Puebla) y de Graciela Palomares (Distrito 11).
Marín quiere volver por sus fueros y por lo que llama “su dinero”, el dinero público, el de todos los poblanos.
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El “Giorgana’s BAR”
En el Giorgana’s BAR, convirtió Víctor Manuel Giorgana, abanderado por el PRI en el Distrito 12 de Puebla, la comida de agradecimiento organizada a sus brigadistas, la mayoría menores de edad.
Resulta que ayer por la tarde el flamante abanderado tricolor le organizó una comilona a sus brigadistas para agradecerles el apoyo que le dieron durante toda la campaña, así que ni tardo ni perezoso les dio de comer, de fumar y de beber de todo.
Así como lo oye, a Giorgana no le importó que sus brigadistas sean menores de edad y les puso tragos para aventar para arriba, dizque porque había que celebrar que pronto será diputado.
A ver si esto no le genera una denuncia por parte de las propias autoridades electorales y hasta judiciales a Giorgana, quienes tendrían que amonestarlo siquiera por haberle proporcionado bebidas alcohólicas a menores de edad, de hasta menos de 15 años.
La comida se celebró ayer en el salón social JP de la colonia San Manuel y asistieron alrededor de 500 personas, al menos el 80 por ciento menores de edad.
Aquí las pruebas:
En Twitter: @poncharelazo