La presencia de al menos una decena de puntos de venta de droga ha encendido las alertas en la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas, ubicada al norte de la capital poblana.
La presidenta de la comunidad, Diana de Bernardo Ramos, informó que estas zonas de distribución se concentran principalmente a lo largo del tramo ferroviario que cruza desde la colonia La Vega hasta el bulevar Esteban de Antuñano.
Uno de los focos más críticos se localiza cerca del río Atoyac, donde la situación ha llegado a tal nivel que se han identificado consumidores desde los ocho años de edad.
“Estamos viendo a niños consumiendo drogas dentro de las canchas, al alcance de cualquiera, a cualquier hora del día”, lamentó la presidenta auxiliar.
De acuerdo con su diagnóstico, en estos espacios pueden reunirse hasta 30 personas, muchas de ellas en situación de calle.
Las drogas más consumidas en la zona incluyen cristal, marihuana, fentanilo y heroína, siendo la primera la más recurrente.
La situación se complica aún más por la cercanía de universidades, lo que incrementa el riesgo de que jóvenes estudiantes sean captados por estos entornos. Además, se han ubicado al menos tres puntos adicionales en los límites de la comunidad, aunque estos pertenecen a otras juntas auxiliares, lo que dificulta su intervención directa.
Diana Bernardo explicó que, si bien en la administración pasada se logró desactivar uno de estos puntos, el problema se dispersó hacia otras zonas, generando nuevos focos de riesgo.
En respuesta, se ha establecido una coordinación con la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) para reforzar la vigilancia mediante patrullajes a pie y operativos específicos.
Como resultado de estos esfuerzos, recientemente se detuvo a tres individuos en los puntos señalados; sin embargo, uno de ellos no pudo ser procesado legalmente por portar una cantidad inferior a la permitida por ley.
La funcionaria subrayó que el combate al narcomenudeo es una tarea urgente y compleja, pero necesaria para recuperar la seguridad y el bienestar de los habitantes de Ignacio Romero Vargas.