Toda una carrera de éxitos les esperaba a los dos policías asesinados en el municipio de Chignahuapan durante un enfrentamiento a balazos con huachicoleros; pues mientras el varón ya era jefe del grupo de operaciones especiales, la mujer, que era su pareja sentimental, era cabinera y estaba estudiando la licenciatura en Criminalística.
Así lo revelaron fuentes cercanas al caso, al dar a conocer que fue una desgracia mayor porque además de que eran elementos policiales, atacados por la delincuencia, pretendían formar una familia y seguir preparándose profesionalmente.
Juan Carlos Pérez Fernández se desempeñaba como comandante y jefe del grupo mencionado. En tanto, Claudia Herrera Sosa, estaba comisionada al área de monitoreo. Además, estaba cursando ya el séptimo semestre de Criminalística y Criminología en la Universidad ICATH de Chignahuapan.
Desafortunadamente el viernes por la noche Juan Carlos decidió realizar un recorrido de seguridad y vigilancia, haciéndose acompañar de seis compañeros, entre ellos su novia Claudia, y dos elementos de la Policía Estatal de Puebla.
Fue ahí que, en el paraje El Paredón, detectaron e interceptaron a dos vehículos que transportaban madera ilegal y combustible robado.
Esto alertó a los integrantes de este grupo criminal que en breve llegaron y atacaron a los uniformados.
Aunque poco después llegaron refuerzos policíacos, los agresores ya habían escapado dejando muertos a Juan Carlos y su pareja Claudia.
El caso ya es investigado por la Fiscalía General del Estado (FGE).