Jhovani Oliver Gallo se ha erigido en un autócrata sindical, ya que él, solo él, nadie más, decidirá quién puede ser candidato a sucederlo en el cargo de secretario general del gremio de los trabajadores de los poderes públicos de Puebla. Y al mismo tiempo, decidirá quién gana o quién pierde la contienda de la organización laboral.
El “as que se ha sacado debajo de la manga” el dirigente del Sindicato de los Trabajadores al Servicio de los Poderes Públicos y Organismos Descentralizados de Puebla es un documento denominado “constancia de antecedentes sindicales”, que es algo así como “una carta de buena conducta”, que solamente puede otorgar la Comisión de Honor y Justicia que es controlada en su totalidad por Jhovani Oliver Gallo.
Y, obviamente, ese pequeño grupo de cinco personas –que forman parte de la mencionada comisión– aplica criterios subjetivos para decidir quién es “una amenaza” a la estabilidad sindical y quién es “bien portado”.
Un asunto curioso, si ese requisito hubiera imperado en la anterior renovación de la dirigencia sindical seguramente Jhovani Oliver habría sido reprobado y se le tendría que haber negado el derecho de representar al gremio, ya que antes de asumir el cargo de secretario general del sindicato fue despedido de la Secretaría de Movilidad y Transporte (SMT) del Gobierno del estado.
El argumento que se aplicó para oficialmente ser rescindido del Poder Ejecutivo era su constante ausentismo a sus obligaciones como trabajador de la SMT.
Lo grave de esta situación es que los estatutos del Sindicato de Burócratas no establecen como requisito de elegibilidad el tener la “constancia de antecedentes sindicales” para que algún trabajador obtenga el registro como candidato a un cargo de dirección en la agrupación laboral.
Este miércoles, de manera sorpresiva, a los integrantes de las 12 planillas que han solicitado el registro oficial para participar en las votaciones que habrá antes del 15 de diciembre próximo, les entregaron esas cartas, que son una especie de “informe de la Gestapo” en donde, de manera unilateral y sin que los afectados tuvieran conocimiento previo, les extienden un archivo en donde se les menciona sus “antecedentes negativos” y se les juzga, se les califica diciendo si son confiables o no lo son.
La parte controversial está contenida en los incisos VI y VII de la convocatoria electoral del sindicato, que dice lo siguiente:
“Constancia de antecedentes sindicales expedida por la Comisión Permanente de Honor y Justicia en la que conste que cuenta con una trayectoria sindical que constituya garantía en cuanto a su competencia, ideología y buenos antecedentes”.
Vaya, parecería que ahora el Sindicato de Burócratas se suma al Yunque poblano, la organización de extrema derecha que solamente acepta a aquellos panistas y empresarios que son “moralmente puros”, de acuerdo con su visión conservadora de la vida.
Ante la actitud inquisitoria de la Comisión de Honor y Justicia del gremio de burócratas, surge una pregunta fundamental: ¿cuál es la ideología apropiada para un sindicalista ejemplar de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial de Puebla?
¿Los agremiados tienen que ser de izquierda, derecha, del centro, del “bloque oscuro” de manifestantes de la Ciudad de México, ser veganos o creer en la Cienciología al estilo de Tom Cruise?
Se supone que si un trabajador está activo en el Gobierno del estado, en el Congreso local o en algún juzgado, es porque es alguien competente para ocupar un puesto laboral. Entonces, surge una interrogante básica: ¿ahora Jhovani Oliver se abroga la facultad de decidir quién es competente o quién no lo es?
Queda claro que el contenido de la convocatoria en cuestión no genera una discusión de quién realmente es apto y quién no lo es para ser líder sindical, o quién es doctrinalmente puro y quién es impuro, sino es una trampa autoritaria, absurda e ilegal para que Jhovani Oliver decida quién debe ser el próximo dirigente del Sindicato de los Burócratas y se anule toda competencia democrática al interior del gremio.
Tomando Jhovani Oliver Gallo una actitud desafiante al secretario de Gobernación, Samuel Aguilar Pala, quien la semana pasada sentó en sus oficinas a todos los representantes de las corrientes internas del sindicato y les ofreció una contienda legal, equitativa y creíble.




