Pese al grave panorama de inseguridad y violencia que se vive en Puebla, así como en el resto del país, el Poder Judicial del estado se encuentra sumido en la inmovilidad, pues mientras por un lado el presidente del Consejo de la Judicatura, José Eduardo Sánchez Hernández, se ha convertido en una figura “decorativa” que no acciona ningún cambio o investigación sobre presuntos actos de corrupción en los juzgados, por otro lado avanza un fuerte deterioro del aparato de impartición de justicia en detrimento de las víctimas del delito.
Por eso se ha llegado al siguiente absurdo: en la actualidad hay juzgados en el estado que carecen de jueces o hay jueces que, carecen de un juzgado donde ejercer su encomienda profesional.
A la par abundan las historias, los rumores, los trascendidos, de supuestos actos de “venta” de fallos judiciales al mejor postor.
De las cosas que se cuentan en el “radio pasillo” del Poder Judicial se dice que no hace mucho, en la región de San Pedro Cholula, habrían liberado a un supuesto feminicida confeso y que tal beneficio le habría costado unos 300 mil pesos.
Hasta eso, le salió barato al presunto homicida el evitar pasar el resto de su vida en una prisión.
También se dice que hay un personaje que combina la actividad empresarial de la educación superior y el ejercicio de la impartición de justicia, que se ha hecho famoso porque en su juzgado –es lo que se rumora– estaría costando hasta medio millón de pesos revocar sentencias condenatorias y después, emitir fallos absolutorios a favor de acusados de delitos graves.
Y también se relata que algo extraño ocurre, porque en los juzgados nunca son “tocados” los líderes de grupo de invasores de bienes inmueble. Los llamados integrantes del “cartel del despojo”.
Estás que te vas, que te vas y no te has ido
Tal como se ha expuesto en este espacio periodístico, es un “secreto a gritos” que el presidente del órgano rector del Poder Judicial, José Eduardo Sánchez Hernández, es ignorado en el Gobierno del estado y el Congreso local como consecuencia de su pasado ligado al morenovallismo.
Hace unas semanas trascendió que, en los días previos a rendir su último informe anual de actividades ante los diputados locales, habría ya presentado su carta de renuncia. Sin que se sepa la fecha que habría fijado para dejar el Consejo de la Judicatura.
Pese a tales circunstancias no se ve para cuándo se pueda ir y ocurra un cambio en este poder público.
Su comportamiento es como la letra que cantaba José Alfredo Jiménez: “Porque estás que te vas, y te vas, y te vas, y te vas, y te vas y no te has ido”.
Sánchez Hernández ni se va del cargo, ni deja que cambien las cosas en el Poder Judicial. Diría el famoso “filosofo de Güemez”, pero “qué tal sabe estorbar”, en eso nadie lo supera.
Por esa y otras circunstancias, ocurre lo siguiente:
En el Distrito Judicial de Atlixco, desde hace varias semanas, no hay juez.
Se justificó esa situación, en un inicio, porque se anuncio que se iban a fusionar los juzgados de lo Penal y lo Civil.
El caso es que han pasado los días, las semanas, y ni se da la fusión, ni llega el nuevo juez.
Una circunstancia inversa es la siguiente: hay jueces en el estado que están “congelados”. No les asignan un juzgado.
Es el caso del togado Isauro Romero León, que ya lleva mucho tiempo así.
Otro escenario es el que se vive en Teziutlán, donde, aunque hay juez, es como si no lo hubiera, por el enorme atraso en el desahogo de docenas de expedientes.
Se quejan de que son frecuentes las ausencias de juez Alejandro Ramírez, lo que ha provocado que todo camine a “paso de tortuga” en el recinto judicial de Teziutlán.
Mientras, en Xicotepec se dice que el atraso en resolver la carga de trabajo del Juzgado de lo Penal data desde inicio de 2025 y resulta que ya se va a acabar el año, sin que se vea el interés de que avancen los juicios.
Se aclara que los datos de los juzgados los difundió un colega especializado en el tema judicial y este tecleador corroboró la información con conocedores del universo judicial de Puebla.


