Este fin de semana la empresa “La Encuesta Mx” presentó los resultados de su más reciente estudio de opinión sobre las 16 entidades en donde habrá elecciones en el 2027, el dato es contundente. Si hoy hubiera elecciones en esos lugares Morena, el partido hegemónico junto con sus aliados, arrasaría electoralmente a la oposición, la cual solo mantendría el control sobre dos entidades en donde, por cierto, gobiernan: Aguascalientes y Querétaro.
El dato duro es impresionante, incluso en entidades como Chihuahua, en donde aún gobierna el PAN, y Nuevo León, que está bajo el control de Movimiento Ciudadano, Morena tiene la ventaja de acuerdo con esta encuesta.
Y digo que resulta extraño el comportamiento electoral del país, porque el mexicano al parecer ya normalizó el vivir en medio de la violencia y la muerte.
A la par del estudio de opinión de “La Encuesta”, el Inegi, el pasado jueves, dio a conocer los resultados de su más reciente estudio sobre la percepción de inseguridad en el país y de las 10 ciudades consideradas como las más peligrosas de México por sus propios habitantes, en todas gobierna Morena, es increíble.
El top 10 de las ciudades más inseguras del país lo encabeza Culiacán con el 88%, gobernada por Morena. Le siguen ciudades como Chilpancingo y Cuernavaca, también gobernadas por Morena. Otros centros urbanos varios del Estado de México, como Ecatepec, Cuautitlán Izcalli e Ixtapaluca, también gobernados por Morena. Irapuato, que es gobernada por una panista, es la excepción a la regla y en el décimo lugar aparece también Puebla capital, gobernada también por Morena.
Es increíble, por ejemplo, que Sinaloa, con todos los problemas de inseguridad que padece y con un gobernador decrepito como lo es Rubén Rocha Moya, involucrado con el crimen organizado, Morena mantenga una ventaja de 23 puntos sobre su más cercano adversario, el Partido Acción Nacional, ya que la Encuesta señala 40% de preferencia a favor de Morena por el 17% de Acción Nacional. Pareciera que a la gente de Sinaloa le gusta vivir en miedo de las balaceras y su narcogobierno.
Dice el dicho que cada pueblo tiene el gobierno que se merece y así parece ser, porque, reitero, las administraciones morenistas han demostrado ser totalmente ineficientes; sin embargo, parecen ser invencibles.
Otro ejemplo claro es Tlaxcala, cuya gobernadora, Lorena Cuéllar, se ha dedicado solo a hacer negocios y enriquecer a su familia. Nunca en la historia de esta entidad había existido tantos problemas de inseguridad como en esta administración. Sin embargo, si hoy fueran las elecciones, Morena y aliados ganarían dos a uno a la oposición, y eso con una alianza PAN y Movimiento Ciudadano. Morena tendría el 50.6% por un 25.5% de una hipotética alianza PAN y Movimiento Ciudadano. Increíble, pero cierto.
Mucha gente, cuando escribo acerca de esto, suele descalificarme y cuestionar los resultados. Sin embargo, es la realidad y esto mismo pasa en Puebla, en donde he dado a conocer los resultados de encuestas que señalan que con cualquier candidato, el oficialismo ganaría en 2027 la capital del estado (hasta con un burro), y eso les molesta a muchos. Pero, insisto, es la realidad y obedece a un comportamiento electoral difícil de explicar y que muchos atribuyen a los programas sociales, al cual ni yo mismo sé a qué se le pueda atribuir. Lo real es que, repito, tal pareciera que solo las luchas internas van a poder detener a Morena.
En las redes sociales se percibe cierto mood social de molestia en contra de Morena y sus gobiernos, pero parece obedecer únicamente a un pequeño sector de la sociedad que se queda aislada en los cafés y el ciberespacio, pero que no tiene efecto en tierra, en donde la popularidad de la presidenta Claudia Sheinbaum está en niveles del 80%, los cuales superan incluso a los de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador.
En síntesis, Morena parece ser indestructible, al menos, reitero, así parece, a menos de que una división interna en la lucha por las candidaturas pueda fracturarlos. De hecho, en muchos estados, la verdadera pugna se da entre los aspirantes a obtener la candidatura. Aquí, el verdadero secreto será conducir los procesos internos para evitar las rupturas y las migraciones a fuerzas como Movimiento Ciudadano, que se aprestan a recibir a todos los inconformes.




