El reclamo que un grupo de mujeres hizo –el domingo– contra el alcalde de Huauchinango, Rogelio López Angulo, frente a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo no fue una protesta fortuita, sino, por el contrario, es un sentir generalizado de que el presidente municipal llegó al cargo por tercera vez para cumplir un propósito: que es no hacer nada trascendente y solo administrar el Ayuntamiento, sin pena ni gloria, los tres años de la presente gestión.
El fin de semana unas mujeres acusaron al edil ante la mandataria federal de que no “está ayudando” a los damnificados por la reciente contingencia pluvial, y en medio de los reclamos, una señora alcanza a decir: “el presidente de por sí nunca hace nada”.
No es una crítica exagerada eso de que su gestión es intrascendente, pues solo hay que ver dos objetivos que se ha trazado López Angulo en el tercio que lleva su gobierno.
El primero es que ya está planeando, desde hace más de seis meses, la sucesión en la alcaldía de Huauchinango, misma que se resolverá hasta el año 2027.
Es decir, ya piensa en la manera en que debe terminar su mandato, cuando apenas comienza su gobierno.
Aunque lo correcto sería decir que ya está planeando, desde ahora, cómo pagar favores políticos que debe cumplir al final del trienio.
¿Cuál es ese pendiente que debe saldar? Dejar de candidato a alcalde a Luis Gerardo Martínez Gómez, el actual secretario general del Ayuntamiento.
Ese personaje –Martínez Gómez– tiene una peculiaridad: es un político incondicional de Ardelio Vargas Fosado, el excomisionado del Instituto Nacional de Migración (INM) –en el gobierno peñista– y el principal cacique de la Sierra Norte de Puebla.
Vargas Fosado fue un actor clave para abrirle las puertas de Morena a Rogelio López Ángulo y se pudiera reelegir como alcalde en los comicios del año pasado.
En su anterior mandato fue postulado por el partido Nueva Alianza y su popularidad andaba por los suelos. Todo apuntaba a que no lograría repetir en el cargo. Sin embargo, llegó la intervención del exdirectivo del INM y todo cambió, pues usó sus relaciones para que el edil fuera postulado por el partido Movimiento Regeneración Nacional.
Con la llamada “ola de la 4T”, en los comicios de 2024, Rogelio López Angulo logró el propósito de convertirse por tercera vez en edil, luego de que la primera vez lo hizo bajo las siglas del PRI.
Dicen los enterados que “ese pequeño empujón” que Ardelio Vargas le habría dado a López Angulo para conseguir de nuevo ser alcalde, comprometió al edil a nombrar a Luis Gerardo Martínez Gómez como secretario general del Ayuntamiento de Huauchinango.
Ahora tiene el encargo de promocionarlo, de darle el mayor protagonismo posible en el gobierno municipal, con el objetivo de que en 2027 sea el candidato de la 4T a la alcaldía de dicha demarcación de la Sierra Norte.
Y de esa manara, Ardelio Vargas Fosado extienda sus dominios políticos de Xicotepec de Juárez –de donde es oriundo– hasta Huauchinango.
Un segundo objetivo del primer tramo del gobierno de López Angulo es terminar las obras que dejó pendientes en su mandato anterior, que concluyó en octubre de 2024.
Entre esos proyectos está el Mercado Municipal de Huauchinango, al que López Angulo no duda de calificar como “una obra magna”.
Ese apelativo causa más enojos que reconocimientos entre la población, pues el levantamiento del nuevo centro de abasto lleva un atraso de dos años.
Para entender la exasperación de muchos ciudadanos por la lentitud de los trabajos de dicho mercado, hay que hacer el siguiente comparativo:
El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles tardó en construirse dos años y 5 meses, con una extensión de mil 531 hectáreas y con dos pistas, cada una con 4.3 kilómetros de extensión.
En tanto, el mercado de Huauchinango ya lleva dos años en lo que se refiere solo al inmueble, porque falta por hacer los trabajos de las calles aledañas al lugar.
Dicho sitio tiene apenas una extensión de 3 mil 900 metros cuadrados, un patio de maniobras de 250 metros cuadrados y la instalación de 230 pequeños locales.
Fuera de este mercado, en el que se han tardado una eternidad, no hay ninguna obra relevante en el primer año de gestión de López Angulo.
Pareciera que el alcalde busca emular al artista mexicano Christian Castro a quien, no hace mucho, le preguntaron qué hacía cuando no cantaba, a lo que respondió orgulloso: “me gusta no hacer nada”.