No es menor el anuncio realizado el pasado fin de semana por autoridades de seguridad del Gobierno federal, quienes dieron a conocer la detención en la Ciudad de México de, ni más ni menos, el “líder y principal operador en México” de El Tren de Aragua (TDA).
Y es que, gracias a esa información, se confirmó lo que ya se temía, es decir, que esa peligrosa organización criminal operaba en Morelos, Estado de México y diversas alcaldías de la Ciudad de México, pero también en PUEBLA.
Al CJNG, a “La Barredora”, a la Familia Michoacana y al Cartel de Sinaloa, faltaba sumar al Tren de Aragua, vinculada a diversos delitos como trata de personas, venta de drogas, homicidio y secuestro, pero sobre todo, extorsión en agravio de comerciantes y empresarios mediante pago de piso o el sistema “gota a gota”.
¿Desde cuándo operaban en Puebla?
No está claro, pero fuentes de la Fiscalía General del Estado (FGE) creen que detrás de algunas ejecuciones y tiradero de cuerpos en los últimos meses en Puebla capital y municipios de la zona conurbada, hay una lucha territorial por la plaza entre esa organización y bandas rivales.
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) precisó que el detenido es Nelson Arturo Echezuria Alcántara, alias “Nelson”, de solo 29 años de edad.
Omar García Harfuch, titular de la SSPC, dijo que este sujeto es considerado, además, “autor intelectual y material de diversos feminicidios”.
Junto con “Nelson”, fueron detenidos dos de sus colaboradores directos: Lucas Alberto Vielma Rojas, de 37 años, y Marcos Gabriel Ortega Sotillo, de 36 años.
Los tres, de nacionalidad venezolana.
Al ser inspeccionados tras su detención, les hallaron 92 dosis de marihuana, 44 dosis de cristal, 18 dosis de piedra, dos teléfonos celulares y dinero en efectivo.
El Tren de Aragua es una banda criminal transnacional que se originó en una prisión de Venezuela y que lentamente se ha abierto camino hacia el sur y el norte del continente en los últimos años.
Especialistas fijan el origen del grupo en 2005, cuando miembros de un sindicato comenzaron a malversar fondos y extorsionar a contratistas mientras trabajaban en un proyecto ferroviario; de ahí el nombre “tren” en la región de Aragua.
El TDA se expandió notablemente en el estado venezolano de Aragua alrededor de 2014 dentro de la prisión de Tocorón.
Ahí, sus miembros tenían acceso a restaurantes, piscina, zoológico, discoteca y otras comodidades atípicas de una cárcel.
Su presencia en Estados Unidos se ha dado de forma acelerada.
El TDA ha sido lo suficientemente poderoso como para atormentar y explotar a otros venezolanos en el país y en el extranjero, aprovechándose particularmente de mujeres vulnerables, que se ven obligadas a ingresar a la industria del sexo para pagar sus deudas después de que esta organización criminal las contrabandea a países como Chile, Colombia, Perú y México.
Los miembros de TDA, consolidado con el ascenso de Nicolás Maduro al poder, también han comenzado a trabajar con carteles mexicanos, infiltrándose en grupos de inmigrantes y luego confabulándose con las redes del crimen organizado para extorsionarlos.
La aprehensión de “Nelson” y sus cómplices es sumamente relevante. En febrero pasado, el presidente Donald Trump catalogó a la TDA como organización terrorista extranjera (FTO) y terrorista global especialmente designada (SDGT), al igual que al Cartel de Sinaloa, Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Cartel del Noreste (CDN), La Nueva Familia Michoacana (LNFM), Cartel de Golfo (CDG) y Carteles Unidos (CU).
Sobre el TDA, el Departamento de Estado señaló en su momento: “este brutal grupo criminal ha realizado secuestros, extorsionado a empresas, sobornado a funcionarios públicos, autorizado a sus miembros a atacar y matar a agentes del orden estadounidenses y asesinado a un opositor venezolano”.
Por eso no es casual que la detención de los operadores de este grupo en nuestro país haya sido motivo de júbilo por parte del embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson.
Según García Harfuch, los tres detenidos operaban en PUEBLA, Morelos, Estado de México y diversas alcaldías de la Ciudad de México, es decir, prácticamente en la zona centro del país.
Su desactivación es relevante para Puebla, pues hay indicios de que el TDA ya empezaba a penetrar en mercados de la Zona Metropolitana, donde el tráfico de drogas y la extorsión –o cobro de piso– comienzan a normalizarse.
Es tarea de la FGE y de la Secretaría de Seguridad Pública estatal descubrir hasta dónde llegan sus raíces y si hay activos más cómplices y operadores de “Nelson” y su peligrosa pandilla.