No hay duda, hoy es tiempo de mujeres, pero si hay un hombre poderoso en México, ese es el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, la persona más cercana a la presidenta Claudia Sheinbaum.
A finales de la pasada administración e inicios de la presente, cuando el presidente López les ordenó a sus empleados del Congreso de la Unión aprobar la nueva ley de seguridad pública, muchos daban por hecho que Harfuch solo sería un adorno dentro de la Secretaría de Seguridad, toda vez que la Guardia Nacional quedaba en manos de la Secretaría de la Defensa Nacional, pero no fue así.
Harfuch se ha mantenido en el más alto nivel y es hoy por hoy, junto con el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, de los pocos que le han dado resultados a la presidenta, de tal forma que goza de su confianza y algo todavía más importante, de la confianza de los Estados Unidos.
García Harfuch ha sido fundamental en el tema del combate del crimen organizado y en el viraje que ha tenido la administración federal, respecto a los “abrazos y no balazos” que prevalecieron durante la gestión de López.
El combate al robo de combustible (huachicol) y el desmantelamiento de las redes que operaban desde la Secretaría de Marina, que estaba encargada de la vigilancia y operación de las aduanas y aeropuertos en el sexenio pasado, es obra de García Harfuch, claro, siempre contando con el apoyo de la presidenta Sheinbaum y de los trabajos de inteligencia de los norteamericanos y su secretario de Estado, Marco Rubio, quien trae marca personal sobre el Gobierno de México.
La detención y extradición del exsecretario de Seguridad de Tabasco, durante la administración del líder de la banca de Morena en el Senado de la República, Adán Augusto López, Hernán Bermúdez Requena, alias “El Abuelo” o el “Comandante H”, es mérito exclusivo de Harfuch.
La fuerza del secretario de Seguridad, quien originalmente iba a ser el candidato de Morena a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, en vez de Clara Brugada, amiga del expresidente López, y quien bajó a Harfuch de la candidatura dándole un lugar en el Senado, al parecer es una añeja deuda no saldada entre ambos personajes y que hoy divide al partido hegemónico, Morena, aunque, claro, nada de esto sería posible sin el conocimiento de la presidenta Sheinbaum, ¿o acaso alguien cree que Harfuch se manda solo o actúa por su cuenta?
El trabajo realizado por el secretario de Seguridad y apenas a un año de haber iniciado la presente administración, lo coloca en el número uno de la línea de sucesión, en el todavía lejano 2030, aunque ya se verá.
Dicen que Blanca Alcalá será una de las nuevas adquisiciones de Morena
Según se dice, un personaje que pronto se podría incorporar a las filas de Morena es la ex presidenta municipal de Puebla y exsenadora de la República por el PRI, Blanca Alcalá Ruiz.
De acuerdo con varias fuentes, Alcalá ha sido contactada por el oficialismo para incorporarse a la 4T, aunque se desconoce si la todavía priista se vaya a sumar a las filas de Morena y a qué proyecto se pueda incorporar.
Blanca Alcalá, como muchos de los actuales integrantes de Morena, ha militado en el PRI toda su vida y fue diputada local y luego secretaria de Finanzas en la administración de Manuel Bartlett Díaz, debido a la amistad que estableció con José Luis Flores Hernández, quien la ligó al grupo de José Antonio Gurría.
Alcalá fue delegada de Banobras luego de la derrota de Flores Hernández y buscó en 2001 la candidatura a la Presidencia Municipal de Puebla, también fue dirigente del Comité Municipal del PRI y en 2007 gobernó la cuarta ciudad más importante del país.
Más tarde, fue senadora de la República y candidata al Gobierno del estado en 2016. Tras su derrota a manos de Tony Gali fue designada embajadora de México en Colombia y presidió el Congreso Palatino en Panamá.
Alcalá fue también diputada federal del 2018 al 2021 y se destacó con importantes aportaciones desde la Cámara baja.
Nuestro personaje es amiga de Jorge Estefán Chidiac y de Emilio Gamboa Patrón, el “Tío Gamboín”, uno de los ex hombres fuertes del expartidazo.