Nadie duda que los últimos hechos delictivos y de violencia en Puebla, particularmente en esta capital, han despertado la preocupación y hasta el temor de amplios sectores de la sociedad.
Negarlo es imposible: el asesinato del empresario dueño de Joyerías London, Efrén Ramírez Maldonado, durante un violento robo a su casa de El Mirador-La Calera, desató no solo la exigencia del esclarecimiento total del crimen, sino una demanda colectiva general hacia las autoridades estatales y municipales para poner freno ya a los delincuentes que no dejan de retarlas y de cometer sus fechorías –y cada vez en forma más desalmada.
Fue de tal impacto este homicidio –no relacionado, al parecer, con el crimen organizado, sino con un robo a casa habitación– y sacudió tantas conciencias, que la siempre timorata Iniciativa Privada de Puebla por fin se armó de valor y decidió ir más allá de sus tibios comunicados llenos de lugares comunes y típicos lamentos de ocasión.
El Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) y la Canacintra solicitaron al gobernador Alejandro Armenta Mier una reunión “con carácter de urgente”, misma que efectivamente se celebró la noche del mismo día que la pidieron, a pesar de que el pasado martes el mandatario tuvo una agenda muy complicada debido a una serie de compromisos oficiales en la Ciudad de México.
En dicho encuentro, que duró cerca de dos horas, los empresarios y las empresarias expresaron su malestar por la situación y pidieron que el crimen de Efrén Ramírez no quede impune.
También manifestaron su disposición a hacer equipo con las autoridades correspondientes –no solo a criticarlas o exigirles– e hicieron varias propuestas en ese sentido.
Entre ellas, reactivar el Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia, un espacio de coordinación y comunicación permanente entre la IP y el gobierno; formar Comités de Seguridad en fraccionamientos, colonias e industrias, y sumar a la tarea a universidades y sociedad civil.
Parte de las resoluciones las comunicó Coparmex a sus socios y socias a través de esta ficha informativa:
Uno de los más importantes acuerdos con el gobernador Alejandro Armenta y su secretario de Seguridad Pública, vicealmirante Francisco Sánchez González –presente en la reunión–, fue el de trabajar para que las colonias y los fraccionamientos de la zona conurbada de Puebla conecten sus sistemas de video vigilancia al C5, instalen botones de pánico en las casetas de acceso y vigilancia, y establezcan rondines permanentes en coordinación con las empresas privadas de seguridad a cargo de la vigilancia.
Algunos de los asistentes afirman que el jefe del Ejecutivo se mostró receptivo a los reclamos y aseguró que pediría a la fiscal Idamis Pastor Betancourt acelerar las investigaciones del crimen de Efrén Ramírez Maldonado y rendir un primer informe de avances, lo que efectivamente sucedió en la conferencia de prensa matutina de este miércoles, cuando la funcionaria dio a conocer que ya se identificó a uno de los cuatro delincuentes que asaltaron e hirieron de muerte al empresario y que este mismo maleante –relacionado con robos y narcomenudeo– salió herido e incluso acudió a un hospital privado para ser atendido; no obstante, ni él ni sus cómplices han sido detenidos. Lo que se espera ocurra pronto.
A la reunión “con carácter de urgente” de la IP con el gobernador acudieron Héctor Sánchez Morales, del CCE; Beatriz Camacho Ruiz, de Coparmex; Juan Pablo Cisneros Madrid, de la Canaco, y Carlos Julián Sosa Spínola, de la Canacintra, así como el expresidente de Coparmex Antonio Sánchez Díaz de Rivera, connotado soldado de El Yunque y muy ligado a la UPAEP.
Lamentablemente, tenía que ocurrir un homicidio como el del dueño de Joyerías London para que los empresarios y las empresarias de Puebla despertaran de su letargo (son enormes los intereses económicos y políticos que los hacen codependientes del poder en turno) y recordaran no solo su relevante papel como actores sociales, sino su indispensable función de contrapeso ante las autoridades, y más en un tema tan sensible como el de la seguridad.
¿Será llamarada de petate?
Solo el tiempo –ese tirano– lo dirá.