En Puebla capital y en una buena parte de los municipios de la zona conurbada se han comenzado a conformar una serie de áreas urbanas segregadas, que se han convertido en puntos sumamente peligrosos en materia de seguridad pública.
Históricamente, los guetos se han asociado con la marginación o discriminación, como los guetos judíos en Europa, en donde este grupo poblacional era obligado a habitar en áreas específicas de la ciudad.
Tal vez el término utilizado en esta columna no sea el más adecuado, sin embargo, espero sirva para ejemplificar la complejidad de estas zonas de la capital y de los municipios conurbados, las cuales se han transformado en los más peligrosos de Puebla.
Uno de estos puntos y quizá hoy por hoy el más peligroso de la capital y de su zona conurbada, sea el fraccionamiento Misiones de San Francisco, ubicado en el municipio de Coronango.
Desarrollado a partir del 2012 por el grupo Casas Geo, como un desarrollo habitacional lineal cercano a la autopista México-Puebla, este punto comenzó a experimentar un crecimiento desordenado, pasando de viviendas abandonadas a una sobrepoblación debido a invasiones y asentamientos irregulares.
Esta zona está identificada como un “foco rojo” en materia de criminalidad, con alta presencia de narcomenudeo, disputas entre grupos delictivos, homicidios, asaltos, robos a casa habitación, trata de personas y, últimamente, el peligroso tema de los prestamistas “gota a gota”, operado principalmente por extranjeros, especialmente de nacionalidad colombiana y venezolana, que se han asentado en este lugar.
La zona más peligrosa de este lugar es la denominada como área 9, en donde se registró a inicios de año el asesinato de un personaje de nombre Giovanni, con antecedentes por robo, balaceras, persecuciones, robo de vehículo y también asaltos en motocicleta.
En este lugar, los vecinos reportan que la delincuencia ha rebasado a las autoridades locales, atribuido principalmente, y no es xenofobia, a la llegada de migrantes, quienes han ocupado las casas abandonadas, registrándose constantes enfrentamientos en áreas como el Camino Viejo a Mihuacán.
De acuerdo con reportes durante este año, la incidencia delictiva se ha incrementado en un 17% con respecto al 2024, lo cual resulta preocupante, esto pese a la presencia de militares en la zona.
La actividad delictiva de la zona conurbada con el estado de Tlaxcala y con otros municipios de Puebla como Cuautlancingo, comienza a contaminar toda esta región, la cual se ha convertido en una de las más complicadas de Puebla.
Otro sitio sumamente peligroso y también cercano a esta zona, es la junta auxiliar Romero Vargas perteneciente al municipio de Puebla, pero que también colinda con Sanctórum, junta auxiliar del municipio de Cuautlancingo.
En este sitio, el narcomenudeo ha invadido literalmente a esta junta auxiliar en 10 puntos específicos, denunciados por la presidenta municipal, Diana de Bernardo Ramos, cerca principalmente de escuelas, lo cual ha generado preocupación, detectándose incluso el consumo de estupefacientes en menores desde los 8 años de edad.
En este año se llevó a cabo un operativo por parte de autoridades federales, estatales y municipales, detectándose la instalación de cámaras instaladas por el propio crimen organizado para detectar presencia de elementos del Ejército mexicano y de Seguridad Pública, así como también para monitorear a sus víctimas.
La complejidad de esta zona se extiende también hacia la junta auxiliar San Pablo Xochimehuacan, muy cerca de la Central de Abasto de la ciudad de Puebla y que también limita con el vecino estado de Tlaxcala, el cual es sumamente contaminado por la delincuencia.
En otras entregas ya también hemos hablado de los problemas que registra la junta auxiliar Santa María Xoncatepec, cercana a la colonia Bosques de San Sebastián, con el problema del huachicoleo y también los mercados de la Angelópolis, que se han convertido en centro de ventas de alcohol, drogas y armas.