Morena sabe que la tiene fácil en el 2027, la clave está en dividir al voto opositor y ya se preparan para ello.
Puebla capital es parte de esta estrategia que le permitirá al oficialismo ganar sin problemas la cuarta ciudad más importante del país, con cualquiera de sus cartas.
No solo son los programas sociales los que garantizan una base de votos muy importante, ni tampoco todo es el programa de obra comunitaria y sus miles de comités territoriales establecidos en la capital y todo el estado, no. Aún hay más.
Por si esto no fuera poco, el oficialismo tiene ya preparada la estrategia para dividir el voto opositor en los municipios y estados en donde haya un alto nivel de rechazo en contra de Morena o que pongan en riesgo al “partidazo”.
Puebla capital va a ser el mejor ejemplo de cómo pulverizar el voto opositor y sacar adelante la postulación que finalmente se decida.
Les adelanto que es prácticamente un hecho que para la elección del 2027 en Puebla capital, Morena solo irá en coalición con el PT en Puebla capital y quizá con Fuerza por México y los partidos locales Nueva Alianza y PSI, mientras que el Verde irá “solo” con un candidato que le quite votos al PAN y a su posible candidato o candidata.
Este modelo no es nuevo, Moreno Valle lo operó con éxito en múltiples ocasiones, la última, en la elección de su esposa, Martha Erika Alonso, a la gubernatura, sin embargo, no fue el único.
El caso de mayor éxito fue en 1998 cuando el PRI de Manuel Bartlett lo operó en Puebla capital para pulverizar el voto panista a favor de su entonces candidato a la alcaldía, Mario Marín Torres, quien se alzó con el triunfo sobre el candidato de Acción Nacional, “El Mosco” José Antonio Díaz García, un personaje nada carismático.
En 1995, el PRI había perdido por primera vez la capital del estado y toda la zona conurbada a manos del PAN, Gabriel Hinojosa se convirtió en el primer alcalde de extracción panista en la historia de Puebla y Bartlett había sido humillado.
Pero la revancha del exmandatario vino en la elección federal de 1997 y luego en la local de 1998, en donde arrasó al panismo y recuperó todas las plazas, la principal, la capital del estado con Marín como candidato, en fórmula con Melquiades Morales Flores.
Melquiades avanzaba sin problemas en su campaña a la gubernatura, pero recuperar la capital del estado se estaba complicando, a pesar de que “El Mosco”, José Antonio Díaz, era un pésimo candidato.
Fue entonces cuando se propuso convertir la elección a tercios para dividir el voto opositor y se buscó una figura que pudiera quitarle votos al PAN en la capital, ese personaje fue el polémico empresario Emilio Maurer Espinosa, quien venía de enfrentarse con la todapoderosa Televisa por el manejo de la Selección Nacional e incluso había estado en prisión. Maurer, como directivo, hizo dos veces campeón al Puebla y había contratado a César Luis Menotti para transformar al fútbol mexicano.
Bartlett le pidió al empresario que aceptara ser candidato a la alcaldía de Puebla por el ahora extinto PRD para dividir el voto opositor y Maurer aceptó convirtiéndose en un fenómeno electoral. Fue tanto el efecto del exdirectivo de la Franja en la boleta que 20 días antes de la elección, lo tuvieron que “guardar” porque iba a ganar la elección, además de que ya se la estaba creyendo.
Maurer dividió el voto opositor y le dio el triunfo a Mario Marín para convertirse en alcalde de Puebla y el PRI pudiera recuperar la capital del estado.
Hoy, a 27 años de este acontecimiento, en 2027 el Verde jugará el papel del PRD en la elección y ya hay dos candidatos para hacerla de Emilio Maurer en el proceso, al menos eso se dice, uno, el más visible, sería el actual diputado federal por el Distrito 9 con cabecera en la ciudad de Puebla, Tony Gali López, y el otro, se dice, puede ser el ex diputado local y exlíder del Congreso Jorge Aguilar Chedraui, quien recientemente rompió con el PAN.
Tanto Gali como Aguilar Chedraui, quien es primo del actual edil capitalino, Pepe, tienen el mismo perfil y le quitan votos al PAN, mientras que Morena con su base electoral beneficiaria de los programas sociales y de la obra comunitaria, se va a ir solito como “en caballo de hacienda” a ganar la elección.
El actual edil capitalino, Pepe Chedraui, ganó la pasada elección con un total de 380 mil sufragios, lo que representa el 53% del PREP, mientras que su adversario, Mario Riestra Piña, obtuvo 271 mil sufragios para el 38%, con una diferencia de 108 mil votos, lo que representa 15 puntos porcentuales.
Para la elección del 2027, que es intermedia, la participación por mucho en la capital podría llegar al 40%, es decir, será mucho menor a la del 2024, en donde votó el 58 por ciento.
Morena con su candidato en la boleta abrigado por los partidos satélite, PT, Panal y PSI, dividiendo el voto opositor entre PAN, Movimiento Ciudadano y el Verde, gana sin problema con alrededor de 270 mil sufragios, lo suficientes para ratificar el triunfo en la alcaldía.
Si a esto se le suma que habrá una nueva ley electoral, que habrá jueces electorales a favor de Morena, que la organización de las elecciones las hará el gobierno o un títere del gobierno, y que la oposición no tiene candidatos, la inconformidad ciudadana se verá apaciguada. No es pesimismo, es objetividad.