Hace unos días, por medio de una escueto escrito, el morenovallista Jorge Aguilar Chedraui renunció a seguir siendo presidente de la Comisión de Planeación del Consejo Estatal del PAN. Hasta ahora no se sabe si esa dimisión significa una ruptura total con el partido de la derecha. En algunos corrillos políticos se dice que quien fuera secretario de Salud estaría palpando la posibilidad de ingresar al universo de la 4T, al advertir que es la única vía segura –por ahora– para acceder al poder.
Para buscar ese propósito, se dice que Jorge Aguilar estaría explorando la ruta de ser candidato –en los comicios de 2027– a diputado por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
Tan lejos de la 4T y del propio PAN
En un primer momento, parecería imposible el escenario de ver a Jorge Aguilar en la 4T, luego de que apenas hace un lustro era “el villano” favorito de Morena y sus aliados, pues era “la presa perfecta” para castigar la corrupción del morenovallismo.
Un par de ocasiones hubo el propósito de quererlo procesar penalmente por anomalías con los presupuestos de la Secretaría de Salud y del Congreso local, en donde fue el titular de la primera dependencia entre 2011 y 2013, para posteriormente ser el presidente del Poder Legislativo entre 2014 y 2018.
Se le acusó de dar un mal uso a mil 300 millones de pesos en la construcción y remodelación de unidades médicas de salud. No le pudieron probar nada.
Luego se intentó llevarlo “al banquillo de los acusados” por una supuesta malversación de 10 millones de pesos de fondos del Congreso local, pero tampoco avanzaron las indagatorias en su contra.
Al revés, con el paso del tiempo obtuvo una importante recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en contra del Gobierno del estado y del Congreso, en la cual se advertía que se habían violado sus garantías constitucionales por parte de estos dos poderes públicos, al tacharlo de ser un signo de la corrupción morenovallista cuando no había un solo proceso legal que sustentara tal acusación.
Tal situación lo tendría que haber catapultado a la categoría de líder o héroe en el panismo poblano, pues parecía ser un ejemplo de resistencia y combate a los gobiernos de la 4T.
Eso no pasó porque Jorge Aguilar siempre ha sido visto con recelo en las filas de Acción Nacional, por haber sido parte del círculo de confianza del extinto exgobernador Rafael Moreno Valle Rosas, quien usó al PAN para ganar el poder político, pero a cambio ninguneó a la militancia del albiazul y persiguió a los líderes del panismo tradicional.
No obstante, Aguilar Chedraui parecía que estaba dispuesto “a cerrar las heridas” y en los últimos meses se le había visto muy conciliador dentro de las filas blanquiazules.
Se supo que se estaba preparando para buscar ser consejero nacional del PAN y había logrado un proceso de desavenencia con Mario Riestra Piña, previo a que este último ganara la presidencia del Comité Directivo Estatal del PAN.
Unos dicen que renunció a la Comisión de Planeación del Consejo Estatal del PAN simplemente porque le hartó no poder influir en la toma de decisiones del partido, pero que no significa que se aparte del partido de la derecha.
Otros sostienen que su renuncia del pasado 2 de agosto es ya “un camino sin retorno” en la formación política albiazul.
Dejaría el verde por el azul
Uno de los proyectos que se está cocinando –en el estado de Puebla– rumbo a la contienda electoral de 2027 es que el PVEM contienda solo, sin que eso signifique una ruptura con Morena.
Por el contrario, se plantea que el Partido Verde sea “el plan B” para que en aquellos municipios o distritos en donde la intención del voto de Morena se haya desplomado por los malos gobiernos morenistas, el PVEM entraría como la opción secundaria para evitar que esas plazas las gane el PRI o el PAN.
Eso permitiría postular a candidatos que no tendrían cabida en Morena o el PT por su pasado panista, priista, morenovallista y todo aquello que no encaja en el movimiento obradorista.
Tal situación podría llevar a que José Antonio Gali López, quien actualmente es diputado federal por el PVEM y es hijo del exgobernador José Antonio Gali Fayad, pudiera ser candidato a la alcaldía de la ciudad de Puebla.
Y se dice que en el proyecto político de la familia Gali López se podría incluir a Jorge Aguilar.
El exsecretario de Salud contaría con dos ventajas competitivas, tiene capacidad económica para financiar su campaña electoral y fue uno de los principales operadores electorales del morenovallismo.
Aunque al mismo tiempo surge una pregunta básica: ¿las bases obradoristas ya olvidaron los agravios del morenovallismo?