Un par de preguntas que muchos se hacen en la cúpula de Morena en torno a los recientes escándalos, cuestionamientos y revelaciones que han golpeados la imagen de los líderes parlamentarios Ricardo Monreal Ávila y Adán Augusto López Hernández son las siguientes: ¿esos ataques han sido por obra y gracia de los detractores de la 4T y sus equipos de espionaje?, ¿o es una campaña surgida desde Palacio Nacional para frenar los excesos de tales personajes?
Y es que algunos conocedores del tema indican que no se descarta la segunda opción, dado que ambas figuras han estado construyendo una especie de contrapeso al Poder Ejecutivo federal, en lugar de ser un respaldo.
Con el exgobernador de Zacatecas ha sido una constante, desde que en 2018 el movimiento obradorista ganó la Presidencia de la República, ha desarrollado una doble personalidad: públicamente siempre respalda a la 4T, pero hacia el interior del Poder Legislativo conspira en contra de las causas de la izquierda, como una manera de negociar, de acumular poder político a favor de los intereses de su facción, que está formada por él y algunos de sus 13 hermanos.
Diputados de Morena cuentan –de manera extraoficial– que su coordinador parlamentario, Ricardo Monreal Ávila, es un personaje que, aunque proyecta una imagen de ser un líder sencillo y tolerante, en realidad es un hombre obsesionado con el control del Poder Legislativo.
Una prueba de ello –sostiene una fuente bien informada– es que el grupo de Monreal tiene colocados en la Cámara de Diputados entre mil 300 y mil 500 trabajadores. Ya sea en las áreas administrativas, de apoyo parlamentario y de servicios generales, así como de ayudantes y secretarios(rias) de los legisladores de Morena o de otros partidos.
Muchos de esos trabajadores provienen de Zacatecas, en donde el político fue gobernador entre 1998 y 2004, y actualmente, su hermano David Monreal es el mandatario.
Otro más son personas que provienen de la Alcaldía Cuauhtémoc de la Ciudad de México, la cual es una demarcación que gobernó Ricardo Monreal, y que su hija Caty Monreal quiere presidir, pero fue derrotada por el PRI en los comicios de 2024.
Y varios de esos trabajadores provienen de Puebla y de otros estados en donde es fuerte la influencia de Ricardo Monreal.
Se dice que otra manera que estaría utilizando el zacatecano para tener el dominio de la Cámara baja del Congreso de la Unión, es que se genera de manera discrecional un sueldo adicional, que se entregaría con “cheque en mano”, a muchos de los diputados federales.
No todos lo aceptan, pero se cree que la mayoría si acceden a esa “dádiva o ayuda” que lleva a muchos representantes populares a cerrar filas en torno a los intereses particulares del coordinador parlamentario.
Por cierto, casi todos los diputados federales de Puebla que representan a la 4T, se volvieron de la noche a la mañana en “monrealistas de hueso colorado”.
Habría que preguntarse: ese comportamiento ¿es consecuencia de las “dádivas” que se reparten en la Cámara de Diputados?, ¿o a que realmente descubrieron en Monreal a un nuevo líder político?
Las conductas de Ricardo Monreal y Adán Augusto López Hernández, por lo menos en los dos últimos años, han sido muy negativas para la 4T.
Es importante recordar el episodio cuando ambos personajes se acusaron mutuamente de ser corruptos y autoritarios, a raíz de que López Hernández denunció gastos excesivos de Monreal durante los seis años en que fue líder parlamentario del Senado.
Y ahora el exgobernador tabasqueño y coordinador de Morena en el Senado enfrenta el escándalo de que su exsecretario de Seguridad Pública, Hernán Bermúdez Requena, es el líder y fundador de La Barredora, que es el grupo criminal que ha sembrado el terror en Puebla y otros estados vecinos.
Por eso, muchos creen que desde Palacio Nacional se han tolerado los recientes ataques contra Adán Augusto López Hernández y Ricardo Monreal, que se incluye en torno al segundo de ellos, el escándalo de que viajaba en helicóptero, que hacía suntuosas fiestas con su colaborador Pedro Haces y, recientemente, que vacacionaba de lujo en Europa.
En la interpretación de muchos líderes de la 4T, desde Palacio Nacional se les estaría “dando un fuerte manotazo en la mesa” para que se sosieguen.