Si alguien es responsable de todos los vicios que aquejan al transporte colectivo del estado de Puebla es Abraham Sánchez, un personaje que ha sido funcionario con siete gobernadores y a lo largo de casi 25 años fue el responsable de imponer un caótico sistema de rutas de los vehículos dedicados al traslado de pasajeros en toda la entidad; además de influir, en muchas ocasiones, en el otorgamiento discrecional de concesiones de dicho servicio público. Ahora este personaje obscuro –dicen sus allegados– se prepara para regresar por enésima vez al Poder Ejecutivo.
Lo interesante de este asunto es que Abraham Sánchez pudo haber sido un alto funcionario desde el inicio del actual sexenio. Ya tenía el ofrecimiento de que le darían un cargo relevante en la Secretaría de Movilidad y Transporte (SMT), pero por un escándalo de supuestos sobornos se frustró su designación en el periodo previo al arranque del gobierno de Alejandro Armenta Mier.
La presión para que lo dejen regresar al gobierno
Dese hace algunas semanas, narra una fuente confiable, Abraham Sánchez, quien fuera el titular de la poderosa Dirección de Ingeniería del Transporte a lo largo de 18 años, ha reunido a muchos concesionarios del servicio que están inquietos con la revista vehicular a sus unidades, la exigencia de incrementar las tarifas del servicio y por las revisiones que se están haciendo al cumplimiento de normas.
En todas esas reuniones, una constante es hacer ácidas críticas en contra de la titular de la SMT, Silvia Tanús Osorio, a la que califican como poco competente para conocer de “los problemas reales del transporte”.
Aunque, en general, el malestar es que no tienen quien los ayude, desde adentro de la SMT, a resolver sus problemas legales.
Todo esto forma parte de una estrategia de presión para generar un movimiento de malestar del transporte público y, al mismo tiempo, venderle al Gobierno la idea de que solo Abraham Sánchez y su grupo político pueden frenar ese clima de inconformidad, además de presentarse como el único que conoce los entramados que en el otorgamiento de concesiones y manejo de rutas.
Ese comportamiento lo usó Sánchez durante el gobierno del panista Rafael Moreno Valle Rosas y le funcionó, ya que primero lo echaron y luego lo llamaron de regreso. Ahora se propone hacer lo mismo con la actual administración.
Al inicio del sexenio morenovallista, por órdenes directas del entonces secretario general de Gobierno, Fernando Manzanilla Prieto, se le dio de baja de la Dirección de Ingeniería del Transporte, cargo que controló entre los gobiernos de Manuel Bartlett Díaz, Melquiades Morales Flores y Mario Marín Torres.
En esos tres periodos es cuando se otorgó el 90% de las actuales concesiones del transporte público en la entidad.
Durante los tres años en que estuvo “en la banca”, Sánchez, por medio de la organización civil Asociación Mexicana del Transporte y Movilidad, se dedicó a cultivar un clima de malestar de los concesionarios contra la administración de Moreno Valle.
En 2014, por órdenes del operador morenovallista Eukid Castañón Herrera regresaron a Abraham Sánchez al gobierno para que controlara, desde un cargo menor, la Subsecretaría del Transporte, cuyo titular era Carlos Blanco Villasuso.
Castañón quería administrar “el negocio” del transporte colectivo y quién mejor para esa tarea que el hombre que fomentó los vicios que dominan en dicho servicio público.
Durante ese retorno, Sánchez se encargó de encaminar que la concesión de la primera ruta de la Red Urbana de Transporte Articulado, mejor conocido como el “metrobús”, se le otorgara al empresario Jesús Padilla Zenteno.
Abraham Sánchez sobrevivió en la SMT hasta el 13 de septiembre de 2019, fecha en que le pidieron su renuncia, por órdenes del entonces gobernador morenista Luis Miguel Barbosa Huerta. En ese entonces ocupaba un puesto de “analista”, para pasar desapercibido, pero al final lo detectaron y lo echaron del Poder Ejecutivo.
Los sobornos “para la transición”
Cuando inició el periodo de transición –entre junio y diciembre de 2024– para dar forma al actual gobierno, se dice que se dio “luz verde” al político priista Rómulo Arredondo para que fuera el titular de la SMT. Él había ocupado el mismo cargo a lo largo de cuatro años en la gestión del exgobernador Mario Marín Torres y se había caracterizado por ser un funcionario de “mano dura”.
Arredondo invitó a Abraham Sánchez a construir el proyecto de “modernización del trasporte” para el presente periodo gubernamental. No se sabe si fue por “órdenes superiores” o fue una idea del primero de ellos.
Un testigo de los hechos narra que se empezaron a organizar reuniones con los principales concesionarios del transporte público en el estado, para dialogar sobre las necesidades de este sector de servicios. En uno de esos encuentros, alguien les habría comunicado a los asistentes que “se necesitaba ayudar económicamente al nuevo gobierno”.
El pretexto que se utilizó fue asegurar que no había presupuesto para que funcionara el gobierno de transición. Se dice que la mayoría de los asistentes estuvieron de acuerdo en aportar “cooperaciones”.
Dice la misma fuente que, primero, les habrían pedido 100 mil pesos, a lo que estuvieron de acuerdo.
Pero luego la tarifa subió hasta los 300 mil pesos, para un segundo aporte. Es decir, en total tenían que dar cada uno de ellos cantidades cercanas al medio millón de pesos. Eso ya no les agradó.
No se sabe bien de quién fue la idea de pedir los fondos y quién habría recogido el dinero. Lo cierto es que las fotos de las reuniones y algunas grabaciones donde se habla de “las cooperaciones”, habrían llegado al despacho del gobernador saliente, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, y del mandatario electo en ese entonces, Alejandro Armenta Mier.
A los pocos días se decidió que Rómulo Arredondo no sería la cabeza de la SMT.
Y al parecer se vetó a Abraham Sánchez.
Se dice que a los transportistas se les aclaró que eran ilegales esa “cooperaciones”, que no les generaba ningún trato especial en el gobierno que se avecinaba.
Luego de ese episodio, queda la pregunta en el aire: ¿Abraham Sánchez logrará regresar al control del transporte público?
Sería un error mayúsculo del gobierno de Alejandro Armenta abrirle las puertas del Poder Ejecutivo a este personaje.
Si funciona la política de presión de Abraham Sánchez y regresa a la SMT, se estaría mandando el mal mensaje de que el proyecto de poner orden en el transporte es solo una farsa.
No puede llegar a poner orden el personaje que impuso el desorden, como método de control político de los concesionarios.